En esta Semana Santa, en esta Semana Mayor,
recuerda para vivirlo y practicarlo el resto del año; no hay cosas que en
tiempo de crisis separe más la familia que el dinero, pero al fin de cuentas, el
dinero volverá incrementado a sus herederos, porque la herencia se reparte como
crece el amor, hacia abajo, los hijos y nietos, si no los hay, hacia arriba, los padres y
abuelos, si no los hay, hacia los lados, los hermanos y sobrinos; así se da cuando en vida no se hizo testamento.
El cónyuge (a) no es
heredero, tiene derecho a la mitad de los bienes de la sociedad conyugal.
No hay porque pelearse rompiendo la unidad
familiar, dejando morir en soledad, a quienes dejaron de ser para hacer realizar
nuestros sueños.
Trabaja duro, cosecha tus propios sueños, patrimonio
y heredad, cuenta siempre con la máxima fortuna, el amor y apoyo que puedas
brindar a los demás, especialmente a cada miembro de tu hogar, ayuda sobre
todo, al que necesita más, ese es el secreto para vivir con tranquilidad y
prosperidad, sin nada que con los tiempos puedas lamentar.