Dejé…
Enviado por PIEDAD ACOSTA RUIZ el Vie, 04/11/2011 - 06:07.
Dejé mis sueños volar y los muros del ayer me dejaron sentir el calor de tus besos, con el dulce sabor, que dejan las cosas que dócilmente se dejan querer.
DEJÉ…
Dejé que tu luz encendiera
fuego en mi alma,
dejé que mis deseos navegarán
en la arcana balsa de tu recuerdo.
Dejé que la neblina abriera espacio
a tu imagen en el tiempo,
dejé que el humo se perdiera
en el infinito espacio,
donde acaricié por última
vez tu cuerpo.
Dejé que tu rostro quedara
esculpido en el destello del blanco murano,
en la arena de mar lejano,
en tierras donde brota el manantial
encriptado en el mármol de jardín romano,
en el movimiento del último dodo,
en el canto del turpial,
en el arco iris estival,
en el pétalo azul, del ave del paraíso,
en el salto, de los verdes grillos.
En las vocecillas celestiales de los niños,
cuando están estrenando sonrisa,
o su primera camisa,
cuando el sol mañanero con su cabello brilla.
¿Dónde estás si tanto te amé?
¿dónde estás que tan sensiblemente de ti me acordé?
… y mi boca se hizo agua,
pero no te lloré,
y mis labios murmuraron
tu nombre,
y mis ojos aferrados al piso
estuvieron a tu lado, y te besé.
Ya no fuiste recuerdo
en la distancia y el tiempo,
tan cerca de ti, en el último
vagón del tiempo, me quedé.
¿Dónde estás?,
¿Qué haces ahora,
que mi cuerpo tanto te añora?
Salté muros,
corrí tras la muchedumbres,
y me senté en la neblina de la nostalgia.
Hoy en la mañana, con aroma a café, té recordé,
en las espumas humeantes del chocolate,
te sentí con el mismo sabor de ayer,
y te abracé, y te besé, y de nuevo…
te reviví con la misma fuerza
que un día, nos hizo estremecer,
con la misma intensidad,
en que un día te amé.
