Si nuestros noticieros se silenciaran, se evitarían más muertes que las ocurridos en las dos guerras mundiales; sus palabras tomando partido y sembrando odio, acompañadas de escenas escalofriantes, han diezmado la humanidad, la han dividido, y en harás del derecho a mantenernos informados, han sumido a la Comunidad Internacional al borde del suicidio colectivo, con paranoias de las que no se han recuperado, cuando ya la están sometiendo con sus tóxicos mensajes, en las peores depresiones.
En ocasiones el enemigo esta dentro del hogar, es ese artefacto electrónico que me permite comunicarme y que me comuniquen en minuto lo que ocurre en el mundo, pero siempre cargado del subjetivismo de quien brinda el mensaje.
Todo lo anterior, unido a las redes sociales que atrapan al ser humano como inocente pez o abeja que se ahoga en el vaso de agua dulzona. Lo privado ha sido devorado por lo público y el delirante mundo de las masas.
Ya el hombre no saca un minuto para mirar los cielos, para caminar y desperezarse, porque es manejado por el diminuto celular, es la gran gloria del consumismo en masa y el control mental ejercido por el pulpo capitalista.
Si el hombre primitivo hubiese tenido acceso a la tecnología en comunicaciones que tenemos en el mundo moderno, probablemente su comunidad se hubiese depredado antes del paleolítico.
El
texto pretende mostrar la importancia de la obra de Wittgenstein para las
filosofías de la acción y para la misma filosofía política, partiendo de la
idea de comunidad lingüística, asociación, formas de vida, seguimiento de
reglas y discurso. Aunque Wittgenstein
no teorizó sobre lo político, su obra presenta un gran alcance filosófico,
como “revolucionario lingüístico “de la filosofía y el supresor de la
metafísica, su obra es una filosofía que
conduce al lenguaje. El estudio del lenguaje no es un sustituto sino un método
para llegar al conocimiento de la realidad. El mundo es todo lo que ocurre, el
hecho; es la existencia de estados de cosas. El estado de cosas es una
combinación de objetos (asuntos, cosas). Los objetos forman la sustancia del
mundo.
“De tal modo, este capítulo pretende
mostrar la importancia de la obra de Wittgenstein para las filosofías de la
acción y para la misma filosofía política, partiendo de la idea de comunidad
lingüística, asociación, formas de vida, seguimiento de reglas y discurso. En
líneas finales, se plantearán en este texto los trabajos emprendidos por
Brandom (2005) y Mouffe (2003, 2011, 2014) para intentar ver los posibles
alcances y desarrollos del autor austriaco a la hora de repensar o señalar, en
palabras de Mouffe, una nueva manera de teorizar acerca de lo
político.”(Santamaría, 2016, pág.30).
De entrada el autor recaba como en el
artículo se plantará una nueva manera de teorizar lo político desde la
comunidad lingüística misma, la asociación, su forma de vida, el seguimiento de
su discurso y sus reglas.
Wittgenstein concibe el lenguaje como
prácticas que se desarrollan a partir de acuerdos y que se van volviendo
instituciones, de este modo, son muchos
los universos lingüísticos que se definen dentro de prácticas y acuerdos,
dentro de parecidos de familia. Prácticas y acuerdos que no son más que
las “formas de vida” que puede tener una comunidad hablante. Los juegos de
lenguaje se aprenden mediante la práctica de estos, así las confusiones
solo aparecen “cuando el lenguaje marcha en el vacío, no cuando trabaja… nos permite participar de una comunidad lingüística de
practicantes, practicantes que finalmente son los que determinan los criterios
de conveniencia o no de tal práctica. Criterios, como pueden ser los de
correcto/incorrecto, de válido/inválido o aceptable/inaceptable. Wittgenstein,
desde estos criterios, propone una concepción del lenguaje basado no en
condiciones de verdad, sino en condiciones de aseverabilidad o en condiciones
de justificación; estos nuevos criterios nada tienen que ver con el modelo
clásico de verificación”. -”(Santamaría, 2016, págs.30-31).
La concepción del lenguaje del segundo
Wittgenstein puede resumirse en tres tesis fundamentales: El significado de las
palabras y de las proposiciones es su uso en el lenguaje, los usos se configuran en los juegos del
lenguaje, los juegos del lenguaje no
comparten una esencia común sino que mantienen; la descripción es necesaria
para entender el fenómeno, es una manera de explicitar el lenguaje, su
significante y significado.
El
lenguaje según Wittgenstein parte de
acuerdos entre los hombres que se van institucionalizando, que se van haciendo
parte de la cotidianidad para nombrar, para significar, cuando el lenguaje
trabaja, va construyendo sentidos, convivencia, asociaciones, allí el lenguaje
cobra sentido, ya no desde condiciones
de verdad sino en las condiciones de justificación y aseverabilidad, es así, como las prácticas sociales son las que la
dan vida a una comunidad lingüística. Según Wittgenstein donde acaba el sentido,
acaba la capacidad de pensar; no se puede pensar lo que no tiene sentido o lo
que no está lingüísticamente conformado.
“Para Wittgenstein, el significado de
un nombre, de una palabra, de una proposición, de una oración, depende de su uso
en cierto universo lingüístico, no de su referente; bajo esta idea, todas las palabras hacen parte de la gran
familia del lenguaje, donde tienen usos diferentes dentro del entramado
lingüístico que se desarrollan… pensar el lenguaje como una caja de
herramientas que contiene tenazas, martillo, sierra, destornillador, regla,
pegante, clavos y tornillos, ya que tan diversas como las funciones de estos
objetos son las funciones de las palabras (Wittgenstein, 1998, I, § 11, p.
27). Dentro de esta gran familia del lenguaje, las palabras u oraciones
funcionan de varias maneras posibles, dependen de la situación o el contexto en
el que se pronuncien o se escriban, como dice Wittgenstein, puesto que nombrar
es una preparación para describir.”. (Santamaría, 2016, pág.31).
El autor recaba sobre la importancia
de los criterios de aceptabilidad y la capacidad de describir las situaciones,
cosas o eventos para entenderlos, buscando su significatividad en la “función” que desempeñan dentro de un
universo lingüístico, entendiendo que su significatividad, depende de la “función” que desempeñan dentro
de un universo lingüístico; con el lenguaje se puede establecer un universo, un
mundo infinito de significados, no entendiendo el significado como lo
asimilamos o interpretamos nosotros cotidianamente, sino de acuerdo al
significado que le da el que está inmerso en un discurso, diálogo o
conversación, porque en ellos juegan un papel importante cada uno de los
componentes del lenguaje, veamos:
La fonología como parte de éste, que
involucra las reglas de estructura y secuencia de los sonidos de nuestro
idioma. La semántica que no es otra cosa,
que el vocabulario y los conceptos que este representa por medio de palabras.
La gramática que son las reglas por medio de las cuales se forman las
oraciones. La morfología, la cual se
ocupa del uso de marcadores gramaticales que indican tiempo, voz pasiva o
activa entre otros, y finalmente una que es trascendental para entender el
lenguaje, la pragmática, que son las
reglas para el uso apropiado y efectivo de la comunicación.
“… el papel que desempeñan nuestras
prácticas será hacer explícito lo implícito, porque en el lenguaje
encontramos lo que nosotros mismos hemos introducido en él mediante nuestras
prácticas por ser “miembros de una comunidad”: acción y explicitación. Este
encuentro, entre la acción misma y el hacer, explicita dichas prácticas, no son
simplemente palabras, con ellas hacemos mundos, pues nos definimos “como
criaturas gobernadas por normas, en contraste con criaturas que siguen reglas
puramente naturales, por actitudes normativas que mostramos, unas actitudes con
las cuales expresamos que comprendemos o concebimos en la práctica nuestra,
conductas gobernadas por normas” (Brandom, 2005, p. 79). Las prácticas
discursivas, como afirma Brandom, incorporan cosas reales. Lo implícito no es
más que la introducción de prácticas como el arte, la religión, el amor, la
amistad, la educación y la política, es decir, cultura.” (Santamaría, 2016,
pág.42).
La realidad en una construcción social
significativa. Se le construye cuando participamos de ella en los diferentes
roles o juegos aceptados. Hay una estrecha e innegociable relación entre
lenguaje y acción, las palabras son actos y hacemos cosas con palabras; si esto
es así, lenguaje y política están estrechamente unidos.
Esas prácticas constituyen formas
específicas de individualidad e identidad que hacen posible la confianza en los
procedimientos. Los procedimientos se pueden seguir y pueden ser aceptados
debido a que se hallan inscritos en formas compartidas de vida y en acuerdos
sobre juicios. No pueden considerarse como reglas creadas sobre la base de
principios y luego aplicados a cada caso específico.
El profesor Santamaría recalca en su
texto, la importancia de hacer explícito lo implícito, dado que detrás de cada
palabra hay una intencionalidad que es la que hay que entrar a decodificar, ¿qué
es lo que quieres decir cuando dices, afirma, aseveras, argumentas o preguntas
esto? ubicándonos allí, ya estamos
haciendo un acto de explicitación del lenguaje.
No hay que olvidar que todo lo que se hace socialmente, se realiza mediante el lenguaje; planteado en
términos más precisos, y parafraseando a Van Dijk, la comunicación se lleva a
cabo en forma de enunciados, tanto orales como escritos, concretos y singulares
que pertenecen indistintamente a los participantes de una u otra esfera de la
praxis.
Para explicitar el lenguaje resulta necesario
entenderlo como parte constitutiva de modelos mentales subjetivos, esto es,
modelos contextuales de los participantes del evento comunicativo, permite su
comprensión, descripción de manera exhaustiva de las complejas estructuras
cognitivas que tienen una influencia contextual sobre el discurso. Es así como
la lógica de los estudios del discurso y la conversación debe ser evaluada en
términos de las funciones sociales, políticas y culturales que cumple el
discurso en la sociedad.
Cerrando su análisis el autor va concluyendo sobre la importancia en
wittgenstein de seguir las reglas de la comunidad lingüística:
“Hablar un lenguaje es participar de
un universo lingüístico, es decir, es tomar parte de una práctica humana
gobernada por reglas… cuando aprendemos un lenguaje, no solo aprendemos
una técnica, sino todo un complejo y entramado conjunto de técnicas… Para
Wittgenstein solo es posible seguir una regla siendo miembro de una comunidad
lingüística que de igual modo siga reglas. La obligación de discernir en el uso
de locuciones a qué se debe que expresen diversas clases de contenidos impone
que el concepto determinante que articula la relación entre los componentes
pragmáticos y semánticos sea el de hacer explícito lo implícito. Lo implícito
no es más que la introducción de prácticas como el arte, la religión, el amor,
la amistad, la educación y la política, es decir, cultura.” (Santamaría, 2016,
pág.39-42).
Bibliografía:
F. Santamaría, “Wittgenstein y la acción: posibles desarrollos de la práctica social y política”, en: El filósofo y el político: autores contemporáneos, P. Cardona-Retrepo, F. Santamaría Velasco, A. Arbelaez, UPB, 2016.
RESEÑA #4
Teun
van Dijk, a pesar de haber iniciado su vida académica en la lingüística y más
particularmente en el área de la gramática, ha ido desarrollando durante su
trayectoria académica la idea de que no podemos elucidar los misterios del
discurso mediante su análisis puramente estructural. Más bien, con el tiempo ha
ido explorando en los campos de la psicología y la sociología para poder
encontrar una forma que dé cuenta del "discurso vivo", principalmente
en el texto y el habla, y así, poder observar las mutuas influencias que ejercen
entre sí, el lenguaje y la sociedad.
El
problema que preocupa a Teun Van Dijk es relación en la forma en que se ha
tratado el discurso, es que si bien la Pragmática sería una aproximación
adecuada para su estudio, ella ha sido una cuestión más bien filosófica y
lingüística, en que los actos de habla han sido considerados en términos más
bien teóricos. Sin embargo, Van Dijk considera que la producción, comprensión y
efectos de los actos de habla en la comunicación debieran ser estudiados desde
una perspectiva más empírica.
En
su texto “El estudio del discurso”, Ten Van Dijk " trata de entender ¿Qué
es exactamente el discurso?", acogiendo varios aspectos del lenguaje y el
discurso entre ellos: del sentido común a la teoría, texto y conversación,
ambigüedad del término "discurso",
delimitación de los discursos, descripción teórica, el discurso como estructura
verbal, el sonido, la vista y el cuerpo,
orden y forma, sentido, estilo, retórica, esquemas, el discurso como
acción e interacción en la sociedad, actos de habla, la conversación como
interacción, estructuras abstractas y uso concreto del lenguaje, cognición,
discurso y sociedad, género, filiación étnica, cultura, análisis social del
discurso, análisis crítico del discurso, tipos de estudios del discurso, el
surgimiento de los estudios del discurso, etnografía, gramática del discurso,
sociolingüística y pragmática, etnometodología, psicología cognitiva,
psicología social y psicología discursiva, estudios de la comunicación, otras
disciplinas, diversidad e integración, los principios del análisis del
discurso.
“El
texto y la conversación son partes centrales y constitutivas del proceso
político. En lugar de un análisis detallado del discurso político, existe en
cambio una rica tradición de estudio de la comunicación y la retórica en la
política, tradición que se remonta por lo menos a la retórica de Aristóteles y
otros autores de la retórica clásica.” (Van Dijk, 2000, pág. 56).
Se
hace política desde el lenguaje, debe ser un lenguaje, ellos son relatos de
legitimación, los lenguajes son historia que ha recorrido los senderos de la cronología
desde el primer Homo Sapiens hablante, pasando por la retórica clásica griega, hasta los lenguajes de las guerras mundiales,
e inclusive acompañando la crisis actual de los sistemas políticos democráticos
latinoamericanos.
El
autor plantea en su análisis que “No existen muchas disciplinas que brinden un
enfoque tan amplio del lenguaje humano, la cognición, la comunicación y la
interacción, y a la vez multidisciplinario, multicultural y socialmente
relevante. Tampoco hay muchas disciplinas que permitan estudiar los pequeños
detalles significativos de la conversación y del texto y a la vez investigar
los fascinantes procesos y representaciones de la mente social, así como
indagar en los temas y problemas políticos y sociales fundamentales de la época
actual. Pocas disciplinas ofrecen tantas oportunidades de combinar la precisión
formal con vastos marcos explicativos que den cuenta de cómo las personas usan
el lenguaje, cómo piensan e interactúan, y de esta manera realizan y reproducen
sus propios grupos, sociedades y culturas.” (Van Dijk, 2000, pág. 63).
Atendiendo
a esa estrechez interdisciplinaria en el estudio de del lenguaje humano el
autor renuncia a dejar el lector en mitad del camino y por ello lo remite
a una serie de lecturas recomendadas con
la esperanza de permitir avances en tal sentido:
“…referencias
y lecturas recomendadas acerca de los diversos niveles y dimensiones del
análisis del discurso: historia de los estudios del discurso, especialmente en
el campo de la lingüística, diversos dominios del análisis del discurso, los
estudios psicológicos, la interacción en la conversación, introducción ya
clásica pero todavía muy útil a la gramática y otros aspectos lingüísticos del
discurso, introducción al análisis del
discurso que se dedica especialmente a aspectos semánticos tales como el
tópico, el foco, la información, la coherencia y la referencia, artículos
acerca del análisis del discurso hablado, aspectos del texto escrito, como el
discurso expositivo, los editoriales de los periódicos, la narrativa y el
discurso académico, las conversaciones informales; asimismo, extiende el
análisis de la conversación, al estudio del discurso hablado en situaciones
institucionales, por ejemplo, en las entrevistas de los medios, la interacción
médico-paciente, las entrevistas laborales y la interacción propia de los
tribunales, estudio del discurso en su calidad de interacción y aborda los
temas pertinentes: pragmática, análisis de la conversación y etnografía del
habla, la ideología, el poder y la hegemonía, análisis del discurso hablado y
escrito, análisis de aspectos psicológicos de la comprensión de textos, la
conversación y las diferencias existentes entre el hombre y la mujer, los
distintos niveles de análisis, estrategias cognitivas propias de la comprensión
del discurso y del papel que desempeñan el conocimiento y los modelos en el
procesamiento del discurso. ” (Van Dijk, 2000, pág. 63-64).
Los
anteriores textos por su misma naturaleza y contenido, desarrollan los planteamientos propuestos por
el autor en la comprensión del lenguaje, es decir es tan complejo el lenguaje
por dar cuenta del accionar humano y su contexto, que debe mirársele desde la
estructura interna semántica y su correspondiente correlación con el mundo
simbólico y real de la praxis o pragmática social, lugar donde cobra todo
significado, y la necesidad de la
explicitud en el lenguaje que planteara el profesor Santamaría, y que fuera
desarrollada en la reseña tres.
En
los principios del análisis del discurso, Van Dijk, propone un trabajo de las
ciencias transdisciplinaria, como el estudio del discurso, en ellos deben incluirse:
los análisis del texto y conversación natural, los contextos en que esta se da,
el discurso como conversación, el discurso como práctica social de los
integrantes de un grupo, las categorías de los miembros de un grupo,
estrategias, cognición social, todo ello, como parte fundamental de los procesos y representaciones mentales,
el sentido, coherencia, acción, sin desatender los modelos mentales, los
recuerdos y experiencias personales de sucesos.
Todo
lo anterior, estrechamente relacionado con los conocimientos, actitudes,
ideologías, normas, valores, representaciones socioculturales compartidas de
los usuarios del lenguaje, como miembros
de un grupo que igualmente, desempeña un papel fundamental en el discurso, así
como en su descripción y explicación. De hecho, en muchos sentidos, la
cognición constituye una interfaz entre el discurso y la sociedad.
“El
análisis, la descripción y la formulación de teorías desempeñan sin duda un
papel, especialmente en la medida en que permiten comprender mejor la
desigualdad social basada en el género,
la filiación étnica, la clase, el origen, la religión, el lenguaje, la
orientación sexual y otros criterios que definen diferencias entre las
personas. Su meta última es no sólo científica, sino también social y política,
a saber, el cambio. En este caso, decimos que el análisis social del discurso
adopta la forma de un análisis crítico del discurso.” (Van Dijk, 2000, pág.
49-50).
Sin
sociedad no hay discurso, el discurso nace como praxis social, ya el mismo Marx
afirmaría que ese discurso capitalista daría cuenta de las relaciones de
producción y de la explotación laboral de la burguesía frente al proletariado,
y serviría a su vez, para perpetuar esa
explotación, tomando como
instrumento, la enajenación por medio
del discurso ideológico capitalista.
“El
discurso puede obedecer al poder de un
grupo, pero también puede desafiarlo. Es posible cambiar o romper creativamente
las normas y las reglas sociales y estas violaciones pueden dar origen a nuevas
organizaciones sociales.” (Van Dijk, 2000, pág. 46).
Finalmente,
El discurso como práctica de los miembros de una sociedad: Tanto el discurso
oral y escrito, son formas de prácticas
sociales en contextos socioculturales; no sólo somos usuarios de una lengua
sino también somos parte o miembros de un grupo, institución o cultura. Mediante
el uso de la lengua, entre otros, desempeñamos roles, afirmamos o negamos,
estamos de acuerdo o desacuerdo, pedimos o damos información, adquirimos
conocimiento e, incluso, dice van Dijk, somos capaces de "desafiar"
una estructura social, política o institucional.
En este sentido, habría que agregar que no son
muchas las especialidades del saber humano capaces de ofrecer oportunidades
válidas para entender cómo los hablantes usan una lengua, piensan, e
interactúan "reproduciendo" de esta manera, su pertenencia grupal, y sociocultural; ello
desde el diálogo cotidiano con la formalidad del discurso científico, o desde
lo cotidiano a la rigidez del discurso pedagógico en el aula, entre otros. El
camino de la ciencia del lenguaje en las décadas venideras será textual,
discursivo, comunicativo, crítico e interdisciplinario.
Bibliografía:
Lectura 4: Teun Van Dijk, “El estudio del discurso”, en: El discurso como estructura y proceso. Estudios del discurso: introducción multidisciplinaria, Vol. 1. Barcelona: Gedisa. pp. 21-65
https://comunicaciolideratgepolitic.wordpress.com/2018/01/18/el-poder-de-los-medios-de-comunicacion/