domingo, 5 de enero de 2020

Reseña 2, chap. X “Constructivism” (K.M. Fierke), pp. 187-204.


Fierke empieza introduciendo su texto,  explicando como los años ochenta fueron terreno fértil para el surgimiento de movimientos y teorías críticas a consecuencia de  lo que estaba sucediendo en el escenario político con la Guerra Fría,  y el temor a una guerra nuclear por el armamento de ambas potencias y a las experiencias dejadas por la Guerra de Vietnam;  indica la autora que el objetivo  de los manifestantes buscaba cambiar el aspecto hegemónico nuclear, esto conllevó a que a finales de los 80 se interrogasen  sobre las relaciones internacionales y el poder internacional, es así,  como hay un acercamiento a las RI para dar una solución a esta inestabilidad política internacional;  como los teóricos se quedaron cortos en la salida que tomaría la problemática, se centró el interés en el  estudio del problema.

Los constructivistas dice la autora,  han cuestionado los supuestos materiales estáticos de las Relaciones internacionales y han propugnado por dinamizarlas,  propendiendo cambios a partir de un lenguaje crítico, el cual abriría las puertas al dialogo académico, otras corrientes constructivistas han recibido duras críticas por plantear el problema, pero ciertamente, tanto la corriente tradicional, como la convencional, han contribuido dice Fierke,  al diálogo y debate,  trascendiendo de lo  académico al escenario político. (pág. 2).

Seguidamente el texto muestra los debates del realismo e idealismo en la primera y segunda guerra mundial, el enfrentamiento que presentaron conductistas y tradicionalistas, llevando a muchos teóricos norteamericanos a convertir las relaciones internacionales en una ciencia, gracias a los aportes teóricos de la escuela inglesa. Especifica Fierke,  que el debate pospositivista al finalizar los 80,  tuvo como epicentro,  el  predominio del método científico en Estados Unidos, en el tercer y cuarto debate, intentaron hablar desde las barricadas, planteando el final de la Guerra Fría,  como  efectivamente ocurrió,  al ser anunciarlo por el presidente Bush en 1991.

Comparto la preocupación de los constructivistas en presentar un discurso contra hegemónico,  frente a la Guerra fría y el armamentismo nuclear, quizás eso explica la terminación ésta,  y con ellas,  la obtención  de cierto grado de paz para la comunidad internacional, lo que reivindica el valor de la construcción de las ideas,  frente a los potenciales peligros generados por los estados hegemónicos.

Seguidamente la autora trabaja las relaciones  como una construcción social, como producto de la creación humana mediante la ejemplificación;  en esa creación humana van ínsitos valores, normas, supuestos de un colectivo,  de su interacción,  al igual que las relaciones internacionales y las relaciones que se entretejen entre ellos en el panorama internacional.

Los constructivistas dice Fierke,  construyen una realidad dinámica, fundamentada en el cambio internacional, la Guerra Fría aleccionó sobre el contexto histórico para aproximarse a la paz; pero otro ingrediente de la teoría constructivista, lo constituyen las dimensiones sociales que han resaltado el valor de las normas de carácter humanitario y el lenguaje, aunque los realistas liberales priorizarán el interés material y el poder, ante lo cual los constructivistas se dieron a la tarea de analizar los factores ideológicos en la construcción de posibilidades y resultados. (pág. 3).

Como tercer argumento de la propuesta constructivista, la autora propone la realidad como un mundo creado por el mismo sujeto, por los constructivistas,  en respuesta a los determinismos de estructura de los neorrealistas y liberales,  posibilitando el agenciamiento de la interacción, especificando,  que los sujetos toman decisiones, dando lugar a las realidades  históricoculturales  y a que las políticas sean diferentes;  de esta manera,  las relaciones internacionales son una construcción social,  producto del significado y la praxis, resinificando su mundo, con temas como la solidaridad, el cambio a través de la materialidad y la elección racional, aunque la autora explicita los virajes que ha tomado el constructivismo a consecuencia del debate político. (pág. 4).

Seguidamente la autora acude a los cuatro puntos centrales de interés constructivista, el ser, la relación entre estructuras y agente, la constitución del mundo material y el papel de la cognición. En cuanto al ser social, aporta un cambio en la ontología social,  otorgando significados al contexto  que determina  su identidad y posibilidades, que trascienden  las normativas, proponiendo optimizar las preferencias, estados agenciadores, establecen  vínculos de amistad, como lo han hecho algunos estados europeos, aunando esfuerzos, cooperando, reivindicando las interacciones en los procesos históricos que amaina diferencias, logrando entendimientos  compartidos, considerando los temas de las relaciones internacionales,  dinámicos, evolucionando  permanentemente,  en la medida en que interactúan con su entorno,  a diferencia del racionalismo.

 La autora va realizando un análisis comparativo para mirar cómo trabajan conceptualmente  los racionalistas las relaciones internacionales y cuál es la propuesta del constructivismo, lo cual comparto totalmente en sus postulados y la forma didáctica de Fierke en la presentación de su propuesta. Considera Fierke que los intereses vinculan la identidad del sujeto, el cual  es  inescindible; es de esta forma,  que las identidades se pueden construir en los conflictos, es decir,  los actos que asumen los estados son respuesta a situaciones generadas por otros estados; los objetos de las relaciones internacionales están cargados del sentido que le otorga el contexto históricocultural y político;  los hechos sociales existen por el valor y significado otorgado, requiriendo de acuerdos humanos que institucionalicen su existencia; puntualiza  como las fronteras existen por acuerdos celebrados, el diseño y la intención  humana forman el objeto material, con significado y uso específico, donde están  en juego intereses e identidades. (pág. 6).

El anterior postulado lo comparto totalmente, es decir,  el sujeto es el que construye las armas y declara la guerra, pero es también,  quien destruye  las armas y pone fin a la guerra, en el momento en que cesa su interés hegemónico.

Los constructivistas realzan la dimensión social, los significados intersubjetivos como parte del conocimiento colectivo que trasciende lo meramente individual, ocupando de esta forma,  el constructivismo un término medio entre los enfoques racionalistas y posestructuralistas de las relaciones internacionales;  aunque  se ha tratado de hacer una distinción entre el constructivismo convencional y sus variaciones más críticas,  trascendiendo al posestructuralismo.

 Los constructivistas tradicionales no rechazan la ciencia, por lo cual dice Fierke,  la disputa no es epistemológica,  sino de carácter ontológico, porque los constructivistas aceptan una epistemología deudora del positivismo, incluyendo la verificación de hipótesis, casualidad y explicación;  acá la autora justifica que el escepticismo de los enfoques posmodernos surge por la ambivalencia respecto a los métodos convencionales de la ciencias sociales, es decir,  el constructivismo convencional presenta distancia frene a la teoría crítica, “conjunto de principios destinados a una teoría social sin seguimiento teórico y epistemológico”.  (Hopf, 1998:181, citado por Fierke).

El texto subraya la forma en que los constructivistas ganaron terreno al aceptar una epistemología positivista, debatiendo la naturaleza de la ciencia social  de las RI, concepción naturalista positivista en lo social, preocupándose de esta forma los constructivistas convencionales,  de combinar el énfasis social, lo ontológico con el enfoque empírico para  generar conocimiento objetivo;  los constructivistas críticos,  presentan seguimientos teórico epistemológicos más elocuentes;  mirado desde esta posición,  el constructivismo es una posición epistemológica,  deudora del giro lingüístico, es decir,  entender lo que está detrás de la lengua, el lenguaje como un espejo del ser, “… las cosas tienen solo sentido en el contexto en el que tienen significado y uso”. (Wittgnstein 1958, citado por Fierke)  Postulados que comparto totalmente,  es decir,  la lingüística como base de las RI y el posestructuralismo, dan  cuenta de una realidad  dinámica, compleja y volátil,  similar a la presentada por  los estados modernos.

Fierke media entre la distinción que hacen  los constructivistas convencionales y críticos, otorgándoseles  objetividad a los primeros,  indicando que lo importante es reconocer los elementos categóricos y teóricos del mundo. Fierke señala,  como para  construir una teoría constructivista sobre una epistemología positivista resulta  inconsistente, porque se podría caer en un realismo engañoso;  los Estudiosos de relaciones RI han intentado en los últimos tiempos conciliar el problema,  intentando  la construcción de un diálogo que vincule al realismo  clásico con el constructivismo, de esta forma, la autora expone algunas salidas asumidas por el posestructuralismo, una de ellas,  es la construcción de una realidad, pero resulta inconsistente en cuanto al lenguaje, normatividad y la casualidad por el otro.

Comparto totalmente la salida convencional, es decir salirse de normativas cuando se trata de buscar soluciones  a problemas de fondo,  como lo hizo Gorbachev, frente a una situación sin salida  que ponía en vilo la humanidad,  optó por  alterar el juego hegemónico, abandonando la espiral, autoreflexionando y diseñando una salida  a través del desarme que siguió EEUU, pero que desafortunadamente,  en los últimos tiempos ha vuelto al mismo circulo vicioso.

“El constructivismo como corriente que busca el cambio, la renovación en cuanto al lenguaje y su acción basado en reglas,  retoma lo que dice Wittgenstein, “Hay una manera de entender una regla que no es una interpretación, sino que se exhibe en lo que llamamos “obedecer una regla e “ir en contra de ella en casos reales. Por lo tanto, hay una inclinación a decir: cada acción de acuerdo con la regla es una interpretación. Pero debemos restringir el término interpretación a la sustitución de una expresión de la regla por otra”. (Wittgenstein, 1958: Párr.2001, citado  por Fierke).

Analizando la anterior cita,  acertadamente Fierke argumenta,  como  un enfoque constructivista consistente, analiza el lenguaje como parte actoral del mundo, como un preforma, comunicándonos, buscando significados, pensar expresando esos pensamientos y los sentimientos que se derivan de los mismos, significa observar como los actores sociales construyen el mundo, la autora nos invita a mirar las reglas del lenguaje en el conflicto,  ello nos permiten  entenderlo y frenarlo; grafica este postulado,  recurriendo al análisis de la guerra que puso fin a la antigua Yugoslavia (eslavos unidos que terminaron matándose por diferencias étnico raciales que venían desde su propio lenguaje nominativo).

 Fierke va más allá de las normas que rigen el lenguaje,  mira las intenciones de los sujetos,  como construcciones convencionales  expresadas en lo social, a través  de sus costumbres, como la intención del genocida que ejerce la limpieza étnica por considerar al Otro peligroso, esta intención ha generado incoherencia, precisamente se trata de buscar una explicación que se corresponda con el mundo, como la que llevó a Estados Unidos a atacar a Irak;  resulta  difícil comprobar una hipótesis  respecto a la intención que mueve a un sujeto, pero si  se puede auscultar  en la praxis o hecho real acaecido;  cuestionando su ocurrencia y la manera en que se dio esta actuación, es decir, la decisión de no atacar a Corea, pero si a Irak,  se convirtieron en base política, dado que con el primero dialogó y al segundo lo atacó.

Seguidamente la autora esboza,  como la invasión de Irak hizo parte de los juegos del lenguaje, convencer de que Irak era un peligro para Estados Unidos porque tenía armas de destrucción masiva, ello igualmente caló por lo ocurrido el 11 de septiembre;  desde el mismo lenguaje se construye como algo real  la invasión, es decir,  hay que buscar la razón como causa final, conllevando a una interpretación, explicar las propias acciones en términos de ser entendidas y aceptadas por el Otro, los actos del discurso,  amenazar o prometer,  hacen que el otro se comprometa y responda;  lo importante, especialmente,  cuando está en juego el poder,  es la credibilidad que le dé el otro, toda estas lógicas del lenguaje y lo que ha ocurrido en las guerras,  conduce a una discusión y negociación para prevenirlas a futuro.

Comparto totalmente esta postura del lenguaje en el constructivismo,  porque brindan herramientas  para la construcción de la paz en la RI, y especialmente,  como el significado de las palabras y las razones cambian con el acontecer histórico, uno de los grandes  aportes  del constructivismo,  es su papel transformador y renovador de la RI;  aunque  Wittgenstein nos previene sobre la costumbre que adoptan ciertos estados para sostener la guerra en el tiempo, como garantía hegemónica en el  escenario político. (pág.14).

Invaluables aportes suministra Fierke en términos de paz, examina el caso de Estados Unidos atacando  a Irak y reclutando presos para enviarlos a Guantánamo y a otras prisiones lejos de su jurisdicción  para propiciar la tortura y humillación,  lo que le ganó descredito, aunque lo avances de Back  Obama en desmantelar estas prisiones, no sólo le permitió ganar el premio Nobel, sino que propició cierta calma en el escenario político,  aunque con la actual violación de los derechos humanos  de los inmigrantes y la injerencia en la vida política de otros estados,  ha contribuido a la inestabilidad política en el escenario internacional, pero  como dice Fierke,  con el constructivismo se abren las puertas a diálogos de paz, a que la sociedad construya nuevos lenguajes, nuevos escenarios.  Algunas frases y propuestas fierkeanas: “Los actores deben redefinir sus propuestas antagónicas, para ello es necesario tener claro la identidad de los estados y sus actores, al igual que sus razones y lenguajes. (Fierke, 2013, pág.14).

Los conflictos pueden  perpetuarse por relaciones negativas mutuas, pero se abre el camino al dialogo, a la distención, a la negociación, al perdón, a la reconciliación,  al cambio de lenguajes, a buscar la salida del juego en espiral que eterniza la guerra,  al cambio del juego en el ajedrez político para evitar la tortura, el sufrimiento, la violación de los derechos humanos; es necesario mirar la realidad allá fuera, le agregaría,  también allí dentro, como ocurrió con en la antigüedad  con muchos reyes que condenaron al calabozo a su propia  familia, a causa de problemas de locura ( matrimonios entre familiares,  generaron enfermedades hereditarias como la hemofilia que afectó al hijo del último zar ruso) homosexualidad, o por asegurar su reinado, caso concreto fue el de Juana la Loca;  no podemos continuar indiferentes  frente a los lenguajes del dolor de la guerra y la tortura;  quizás esto fue lo que a Jesús de pequeño más le inspiró en su labor redentora del sufrimiento humano, ver por las calles a personas transitando por haber quebrantado las reglas,  con objetos pesados en sus cuerpos que les generaban dolor e impedían sus movimientos.

El camino del dialogo ha evitado y evitará muchas guerras frente a estados hegemónicos;  el sufrimiento humano nunca debería ser utilizado para consolidar la identidad y movilización del poder militar. En este sentido el constructivismo es un camino para la salud, paz y bienestar en las RI, porque en vez de patrocinar la guerra de estados hegemónicos o justificarlas,  contribuye a frenarlas y salvaguardando la integridad de los estados más débiles y sus actores sociales. Los actores sociales contribuyen  a la construcción de sus problemas y la forma de abordarlos;  toda una propuesta de paz, desde el lenguaje y  comprendiendo acciones y motivaciones.  (pág. 17).

 Realizar una lectura de la realidad,  desde el lenguaje, desde el sujeto, desde sus razones, motivaciones, desde lo que quiere decir, desde lo ocurrido y la razón de su ocurrencia,  representan  grandes desafíos para el estudioso de las Relaciones Internacionales,  y gran compromiso social para el defensor de los derechos humanos que quiere evitar la guerra y la tortura,  como expresiones vivas del dolor humano,  evitables desde el camino del diálogo,  o rompiendo el juego en espiral,  como aquel que puso  fin a la Guerra Fría.

Finalmente,  dando una mirada constructivista a la Unión Europea,  dice el profesor Nicolás Mariscal  “…Algunos de los aportes constructivistas que hemos expuesto pueden ayudarnos: ideas compartidas, identidades e intereses de los actores y su relación mutuamente constitutiva con las estructuras ideales, sociales e institucionales; la posibilidad del cambio; la interacción entre comunidad política y formación de la identidad; el proceso en el que endógenamente se van haciendo las identidades e intereses; socialización y aprendizaje; … poder y cultura; relaciones de poder y mecanismos culturales reguladores; comprensiones intersubjetivas dominantes configuradoras de identidades y estructuras. Las estructuras y el poder suelen ser determinantes en el corto plazo; en el largo, las ideas y las culturas. Constitutividad mutua de estructuras y agentes, agentes y estructuras, de poder y cultura, cultura y poder, que el constructivismo enfatiza. Hay que realizar análisis empíricos en situaciones concretas y aprovechar las ventanas de oportunidad para la acción apropiada. La actitud, la teorización y la acción constructivistas de los actores esconden relevantes potencialidades para la humanización y democratización de las estructuras y el poder y para la construcción…en un mundo en proceso de creciente globalización. Es necesario activarlas frente a inmensos intereses y poderes en otras direcciones”. (Mariscal, 2012. pág. 38, 39).

El constructivismo  deber trascender de lo retórico a lo practico para lograr auténticas transformaciones sociales;  no basta con quedarse  contemplando el fenómeno y teorizarlo;  el gran reto es transformarlo para mejorar la calidad de vida,  y evitar reproducir modelos socieconómicos y culturales  que sirven a pocos y acaban con muchos.

Bibliografía
Tim, M.  K.  and Smith S.  (2013). International Relations Theories: Discipline and Diversity (Oxford: Oxford University Press, chap. X “Constructivism” (K.M. Fierke), pp. 187-204.
Mariscal, N. (2012). Aproximaciones constructivistas a la Unión Europea, Universidad de Deusto,  pág. 38, 39.
Wittgenstein, L. (1958). The Blue and Brown Books. New York: Harper & Row.

Transformación Social de la Humanidad

La humanidad ha logrado grandes transformaciones sociales cuando el saber, la ciencia, el conocimiento y todos los esfuerzos los ha cifrado hacia el Bien Común.   Los primitivos no vivieron la longevidad de centurias, que ahora disfrutaran nuestras generaciones, gracias al esfuerzo mancomunado  puesto al servicio de todos,  sin discriminar raza, credo, política, religión,  edad, sexo o condición alguna.  Nuestros animales y especies son protegidas por la magnificencia humana que ha sido capaz de abandonar el humanismo y la codicia,  para tratar de salvar el planeta,  y con  ello,  a todas sus criaturas, esta es la máxima expresión  del Homo Sapiens Sapiens.