sábado, 20 de septiembre de 2014

Tejiendo el mundo de las ideas


"Como fuerza social, un individuo con una idea vale por noventa y nueve con un solo interés." John Stuart Mill


Acerquémonos al mundo del simbolismo y de las ideas, entremos al mundo de la teoría
 ¿Qué es teoría?
Teoría es el conjunto de presupuestos básicos sobre los que descansa una disciplina, o rama del conocimiento;  en este orden de ideas,  constituyen el conjunto de postulados, principios, leyes, axiomas y fundamentos,  que sirven de soporte para explicar un concepto o parcela del saber específico.
Todo conocimiento que ha sido elevado al status de teoría,  debió previamente haberse investigado y discutido por una comunidad científica para cobrar la validez y seriedad que resista la crítica,  pudiendo convalidarse para servir de soporte, explicación y sustento,  a un campo de conocimiento específico, ello impide las divagaciones,  el apriorismo kantiano y el conocimiento vulgar,  que precede al conocimiento científico y al sistema teórico que le sirve de fundamento.
Las teorías son el resultado del trabajo investigativo,  de la puesta en marcha de problemas de investigación, el planteamiento de hipótesis de trabajo, los marco conceptuales que sirven de fundamento y la implementación de unas metodologías para llegar a su comprobación.
 La teoría es el fruto de todo proceso investigativo, es el producto del trabajo del hombre en su búsqueda de explicación del mundo y sus fenómenos;  es la máxima expresión del lenguaje y la inteligencia humana, es uno de los grandes avances de la historia que se inicia con la invención de la escritura, superando el mito y la leyenda, buscando la propia esencia,  a partir de la ciencia y las importante herramientas que ella provee para explorar el mundo y el universo.

¿Para qué sirve la teoría?
La teoría sirve de soporte para convalidar un concepto,  en el sentido en que da cuenta sobre los antecedentes, innovaciones y avances investigativos que se han producido en un campo específico del conocimiento, permitiéndonos navegar a través de todos los enfoques que ha recibido ese concepto, noción, rama o parcela del conocimiento en la historia de las ciencias, la epistemología,  y los distintos enfoques que éste ha tomado a través de la historia y los paradigmas  que van surgiendo para abordarlo.
 Éste es un viaje superior al que podemos obtener cuando navegamos en las aguas del mar o la red ¿cuántas teorías alcanza a abordar un ser humano a lo largo de su existencia, incursionando en el campo del conocimiento juiciosamente, lo mínimo, porque cada investigador realiza una producción basta e irrepetible,  según su experiencia de vida, dando cuenta del momento histórico que le ha correspondió vivir.
 La teoría como la fotografía,  inmortaliza y congela la historia, sus avances y problemáticas;  la teoría es la fuente cristalina donde puede beber y calmar su sed,  el que está ávido de conocimiento, es la máxima obra de arte del hombre, inacabada, porque  debe descartarse, depurarse, falsearse, cuestionarse, en aras de renovar el conocimiento,  como lo plantea la corriente filosófica posmoderna francesa  de Jacques Derrida y A Maurice Blanchot;   en una palabra,  la teoría le sirve al investigador como punto de partida para fundamentar su trabajo,  el cual enriquecerá,  una vez terminada su investigación,  con nuevos aportes que respaldan, falsean o abren nuevos caminos para abordar un concepto o problema de la cotidianidad.
 Sin teoría no hay investigación, porque ésta es su materia prima y sustento;  la teoría es la alfombra roja por donde desfilan sistemáticamente,  cada uno los elementos que hacen parte del proceso de construcción de nuevos conocimientos,  y donde finalmente,  como en un evento de modas, el investigador orgullosamente presenta a la comunidad científica, el producto de su largo proceso de depuración y convalidación.

¿Qué es teorizar?
Teorizar es el proceso que se adelanta para producir nuevos conocimientos,  a partir de la revisión bibliográfica,  extraída de fuentes primarías y secundarías, múltiples elementos que brindan información, los actores sociales por excelencia en la investigación social;  revistas, textos, medios de comunicación impresos y escritos, la red y todo aquello que en un momento dado pueda proveer información válida y confiable.
Teorizar es un privilegio de pocos,  que se dan a la tarea de investigar para cuestionar los fenómenos que preocupan y aquejan a las comunidades para mejorar su calidad de vida, teorizar es el poema que brota como manantial,  no del corazón,  sino de la razón;  en tal sentido, la teorización es patrimonio universal,  que como la filogénesis se hereda, pudiendo de esta forma, cuestionar para transformar.
 La teorización es el arte de la palabra,  enmarcada en la lógica de las realidades sociales,  mediante procesos sistémicos;  cada teoría fue válida en su momento, porque cada momento histórico es irrepetible;  así nos parezca ingenua e hilarante la teoría de Jean Baptiste Van Helmont de la generación espontánea, creando ratones,  al dejar  en un rincón,  por el transcurso de un mes,  una camisa con sudor,  acompañada de  granos de maíz y trigo.

 Cada teoría debe sorprendernos,  porque es la expresión del ingenio y creación humana,  en su afán de no conformarse con lo que le fue dado;  negar es crear;  lo peor que le puede pasar a un científico es aferrarse a dogmas que le amarren a su realidad;  son las innovaciones y revoluciones científicas,  las que renuevan y oxigenan las comunidades; ya es tiempo de irnos interrogando a dónde nos conducirá la era de la revolución tecnológica,   y que le seguirá, porque su promesa de mejorar la calidad de vida, continua siendo privilegios de pocos, y las crisis y problemas sociales cada día parecen agudizarse más, por fortuna allí encontramos la esperanza de un nuevo paradigma y un grupo de investigadores preocupados por buscar la salida al laberinto. 
Hilar y tejer… relatos





John Stuart Mill. Economista, lógico y filósofo británico; representante de la ideología burguesa, destacada figura del positivismo. Hijo del también economista James Mill, fue educado de forma exclusiva por éste según los estrictos principios del Emilio de Rousseau. Dotado de una inteligencia extraordinaria, a los diez años estaba versado en griego y latín y poseía un exhaustivo conocimiento de los clásicos. A los trece años su padre le introdujo en los principios de la lógica y de la economía política, centrándose en este ámbito en la obra de Adam Smith y David Ricardo
"La originalidad es la única cosa cuya utilidad no pueden comprender los espíritus vulgares."
"Todo aquello que sofoca la individualidad, sea cual sea el nombre que se le dé, es despotismo."
"Las leyes no se mejorarían nunca si no existieran numerosas personas cuyos sentimientos morales son mejores que las leyes existentes."
"No existe una mejor prueba del progreso de una civilización que la del progreso de la cooperación."
"Un discípulo de quien jamás se pide nada que no pueda hacer, nunca hace todo lo que puede."
"Pregúntate si eres feliz y dejarás de serlo."
"Es mejor ser un ser humano insatisfecho que un cerdo satisfecho."