“No se trata de hacer una suma de
la ecología y la sociología (un metarelato); tampoco de encontrar el sentido en
el fundamento proporcionado por un sistema cerrado, o en una teoría general de
cualquier naturaleza, sino más bien, de encontrar en el razonamiento
constructor la condición básica de las posibilidades de autodeterminación de
los individuos y de los conglomerados sociales en su esfuerzo por construir el
futuro. Hugo Zemelman (1992).
"Participamos de la voluntad de transformación de la
sociedad y del hombre mismo, comprometido en la decisión de pensar en su
futuro, rompiendo los bloques históricos y gnoceológicos que le impiden
vislumbrar algo nuevo fuera de lo que define como inexorable.” Hugo Zemelman
(1992).
1. ¿Para qué construimos el conocimiento a partir
de la racionalidad como una forma de enriquecer las visión
2. Conclusión
3. Bibliografía
4. Anexos
- ¿Para
qué construimos el conocimiento a partir de la racionalidad como una forma
de enriquecer las visiones del mundo? Zemelman H. (1992).
Los cambios y procesos
históricos plantean el problema de quiebre entre los límites formales de la
realidad para rescatar el carácter no acabado del conocimiento y el proceso de
su transformación de la conciencia social.
La compleja tarea anterior, exige la articulación de los diferentes objetos posibles a construirse;
pudiendo elaborarse en función de diferentes recortes parametrales, replanteando
la objetividad que se ha dado como realidad y aquella de la que no escapa el
campo de la investigación.
Para abordar esta importante
tarea, resulta útil establecer una relación de conocimiento, que permita configurar un recorte, en el cual se puedan identificarse las
diferentes posibilidades y opciones de construcción de los objetos teóricos.
La cosmovisión que se
obtiene de estos universos, objetos y
construcciones o parcelas de conocimiento, permiten la delimitación
problemática, en la que se pueden
distinguir diversos objetos posibles de
teorización.
Se requiere igualmente, para esta compleja tarea, elaborar una construcción, entre poder y libertad, entre
verdad y lucha, entre hecho y esperanza, tras una incesante búsqueda en la que subyace
de forma furtiva lo establecido.
Lo que se pretende con esta búsqueda, es encontrar lo
que se oculta profundamente en el orden manifiesto de la realidad; ello se logra sistémicamente, superando los
obstáculos de las referencias conceptuales y culturales
interiorizadas, liberando de toda
atadura a las formas, lo acabado
e inacabado, guardando prudentemente el distanciamiento creativo y apropiador; guardando el beneficio de la duda, manteniendo todo el tiempo una alerta y
cuestionamiento conceptual de la
realidad.
Este panorama así planteado,
coloca
al sujeto social, al sujeto
investigativo, abierto a la discusión
epistemológica, con un espíritu encaminado a superar el mundo de la inercia, de
las verdades acabadas y preestablecidas, propuestas por las estructuras oficiales políticas y
culturales, las cuales impiden discernir
aquello que se ha internalizado como
verdad en la profunda conciencia del colectivo social.
En este sentido, la historia del hombre se encuentra demarcada por los grandes esfuerzos que realiza el sujeto cognoscente para
liberarse de estas trabas del pensamiento y de la imaginación, entre las que
cabe destacar, la ciencia y el arte, como expresiones genuinas de un espíritu humano crítico, creativo y transformador.
La apropiación de la
realidad se corresponde con una ampliación de la subjetividad, pues la relación
que se establece con aquélla, no
consiste estrictamente en formular proposiciones en las que se contengan
afirmaciones de propiedad que deban ser constatadas, sino en vislumbrar las que
sean posibles, y lo que
con ellas se puede hacer.
Se busca un hombre cuestionante, que no se quede en un
punto, en una recta, sino en la imagen
que conforman dichos elementos y todas las posibilidades que le brindan dichas
formas, para recrear y transformar su
realidad.
Si la realidad es una
síntesis de los triunfos y fracasos de los hombres, su desafío estriba en
pensar la racionalidad desde el hombre y no desde un modelo de hombre; hacerlo
desde sus sombras, contradicciones, temores, creatividad, engaños y certezas,
para no falsear la razón a partir de una pura e ingenua imagen de lo humano,
sino más bien apostar a ella, desde las
flaquezas humanas, pero también desde sus sueños, desafiando sus temores y limitaciones.
¿Cuántas limitaciones son reales, y cuántas debemos pagar por vivir en una
sociedad alienante que dimensiona al hombre, lo mide, evalúa y programa con el
simbolismo del tricolor, el número, la
letra, la fila y el cuadro?
En cuanto a las visiones de
la realidad y lo respecta al hacer (valórico y opcional), se puede afirmar, que ambos cumplen una función en la relación
de apropiación, aunque ponderada de manera diferente. El hacer o producir de
los modelos teóricos o conceptuales, tiene un papel de carácter altamente gnoseológico, planteando problemas de orden
conceptual que deben ser remitidos al plano de la acción, una vez que se hayan podido abordar.
Constituye un imperativo
gnoseológico y volitivo para construir lo inédito. Ello supone no aceptar
quedarse dentro de la estabilidad guarnecida por los límites; por el contrario,
se plantea la obligación de embestirla en la búsqueda de una utopía,
representada en la lucha por una conciencia protagónica, y así poder avanzar
para enriquecer la apropi- acción de la realidad, aprobada como horizonte que
desafía el nuevo objeto a la voluntad consciente.
Superar la diferencia entre
existencia y significado, entre hecho y saber, transformando la subjetividad en
un nuevo horizonte de realidad posible de convertirse en contenido de nuevas
experiencias, significa el rescate del sujeto como forjador de rumbos, en el marco definido por lo necesario que
contiene una diversidad de sentidos, en
tanto opciones posibles de realidades.
Es en el sujeto nosológico, ontológico, desde lo interno y externo, que el individuo realiza las grandes
transformaciones, en contraste con la ideología,
que identifica a la realidad con una opción subjetiva, en la misma medida en
que la subjetividad del sujeto se hace realidad.
La apropiación de la realidad se corresponde
con una ampliación de la subjetividad, ésta,
comienza a tener cada vez mayor resonancia intelectual y ética, va
emergiendo paulatinamente en el lenguaje para articular contenidos teóricos con
horizontes históricos y sus opciones de construcción.
Dejarse inundar por lo
desconocido, como aquello que rodea y
que, a pesar de ser difuso, exige corporeizarse, newtoreizarse, eaistenreizarse, hasta poder contemplar
tanto, hacia adentro de lo que se impone,
como hacia fuera; poder irrumpir hacia lo no pensado; ello, supone un cierto poder desestructurante
que ponga en movimiento toda la vida del sujeto, en forma de poder abandonar,
por un mundo deseable que incita a aventurarse al acecho por lo incierto, a
todo lo que es concebido como desafío;
incursionando en un nuevo mundo, el de la sinrazón, para llegar a la razón; y una vez alcanzado, falseado para llegar a una
transformación, abriendo las puertas a las rupturas de los modelos que tienden a
tiranizar el espíritu humano, una vez
impuestos y convalidados.
La liberación de toda
atadura a las formas, es congruente con
la exigencia por lo inacabado; significa
enfatizar el rescate de la energía interna de los objetos para llegar a dar
cuenta de una realidad desplegada y de otra que se repliega; de una que es
manifiesta, y de otra que se hace
presente en virtud de su misma ausencia.
2. Conclusión
Para un uso de la teoría que sea
históricamente adecuado, se debe distinguir entre el pensar teórico, que alude
a la formación de las categorías de análisis, más que a la formulación de
enunciados de contenido sobre la realidad, y el pensar constitutivo del razonamiento
teórico, que expresa el esfuerzo para
aprehender el cambio de la realidad en todas sus formas y en todas sus escalas
de temporalidad y de espacio.
Las exigencias cognitivas que plantea el
sujeto cuando se le concibe como producente, obligan a articular dimensiones desde la
perspectiva temporal del momento y de la secuencia, lo cual quiere decir, que se tiene que destacar la dimensión del
movimiento interno, por encima de las
condiciones externas, aunque ambas dimensiones estén articuladas (necesidades y
posibilidades de viabilidad).
La subjetividad es un campo problemático que
conjuga las dimensiones micro, dimensiones y mecanismos para asumir el plano de
la realidad, y el producto de sus realidades inclusivas, requiriendo para ello, un espíritu crítico y libre.
La función de la crítica es contribuir a la
apertura del razonamiento, mediante la
construcción de la relación de conocimiento en que se genera la apropiación
gnoseológica de la realidad.
La construcción de conocimiento problematiza
el conocimiento acumulado de saberes y disciplinas, al posibilitar su apertura hacia nuevas
realidades, partiendo de la misma
realidad, apoyándose en las
premisas de la objetividad que obliga a traspasar el contenido de las
organizaciones conceptuales establecidas.
La coyuntura socioeconómica, cultural y
política, plantea el desafío metodológico que permite un proceso de construcción conceptual articulado a las
complejas e ilimitadas posibilidades del dinamismo estructurador y desestructurador, cuestionante
de sus prácticas, ideologismos y apegos políticosociales, procurando con dichas
cosmovisiones y praxis, dinamizar cambios de paradigmas y concepciones del
mundo y sus obsoletos modelos; para lograr tan encomiable tarea, al sujeto cognoscente
y ontológico, le debe asistir el
beneficio de la duda y una lucha
permanente contra la enajenación social.
De lo que se trata es de explicitar los
desafíos epistemológicos de la acción y de la función política del conocimiento
cuando se busca encontrar respuestas a ellos.
Entre lo que el sujeto es y el entorno que le rodea, existe un abismo, o bien un puente; situación que se
expresa en la necesidad de colocar al sujeto frente a lo conocido, como desconociéndolo, por lo mismo, la vigilia no es la realidad, sino un distanciamiento creativo y apropiador
de la misma.
Con el lenguaje y la investigación se abre
una salida a esta paradoja desesperanzadora, permitiendo discernir, cómo en tales quiebres se encuentra presente
una necesidad de realidad, ya que el problema de base, es si la cultura constituye un límite que
envuelve, manipula y absorbe, y cómo
salir bien salvados, estando inmersos en
ella, siendo producto de la misma.
Sustraerse de las
configuraciones tradicionales, conduce
indefectiblemente a la descomposición de los objetos; la historia de los rompimientos parametrales, sea en la ciencia, en el arte
u otras manifestaciones, esconde el secreto de la capacidad misma para poder
imponerse sobre la inercia, representando una conciencia protagónica que se plantea como
reto a todo ciudadano de la comunidad internacional y de forma especial a todo
investigador social.
1.
Bibliografía
Zemelman
(1992). Los Horizontes de la
Razón. Barcelona: Anthopos.
Hugo Zemelman
nació en Concepción, República de Chile en 1931. Cursó las licenciaturas en
sociología rural y derecho y un postgrado en Sociología.
Después del golpe
militar del 73 llega a México en donde labora en instituciones como El Colegio
de México, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales. Su preocupación por los asuntos educativos
data desde los años iniciales de su carrera, pero sobre todo en 1973 cuando
obtiene una beca de la UNESCO para escribir un texto sobre metodología para
alumnos de estudios superiores, dicha beca es cancelada posteriormente por el
Gobierno de Chile por razones extrañas, como él mismo lo dice.
Sus publicaciones
abarcan problemas agrarios, movimientos sociales, asuntos de los regímenes
militares chilenos, cultura política, el Estado y, sobre todo, metodología y
epistemología.
Estas últimas se plasman a partir de la edición de Historia y
política del conocimiento; discusiones acerca de las posibilidades heurísticas
de la dialéctica (UNAM, 1983), después de este texto vendrá la publicación de
numerosos libros y artículos relacionados con temas de teoría del conocimiento y
metodología. Actualmente se desempeña como investigador de El Colegio de
México.
Fallece Hugo Zemelman ex-director de Depto. de Sociología
Hugo Zemelman junto al decano Marcelo Arnold de la Fac. de
Ciencias Sociales de la U. de Chile
Hugo Hernán Zemelman Merino nació en Concepción el 7 de octubre
de 1931. Fue Director del Departamento de Sociología de la Universidad de Chile
entre junio de 1967 y septiembre de 1970. Después del golpe militar se radicará
en México, donde fallece el 3 de octubre de 2013, en la ciudad de Pátzcuaro,
estado de Michoacán, pocos días antes de cumplir 82 años.
Entró a la Universidad de Chile en 1961, como Coordinador de Investigaciones del Centro de Planificación (hoy inexistente). En 1963 ingresó a la entonces Escuela de Sociología de la Universidad de Chile (hoy Departamento) dictando la asignatura de sociología rural. Este mismo curso lo daba en la Facultad de Medicina Veterinaria (entre 1965 y 1969). Volvió a FACSO como profesor invitado en 1993.
Sin lugar a dudas es uno de los sociólogos más importantes de América Latina. Su actividad académica posterior a 1980 se volcó a la epistemología de las ciencias sociales, influyendo desde entonces a muchos investigadores de habla hispana. Uno de sus primeros artículos en esa línea fue "Método y teoría del conocimiento: un debate" publicado en 1987 por la Revista Mexicana de Sociología y los libros "Conocimiento y sujetos sociales: contribución al estudio del presente" (1987) y "Uso crítico de la teoría: en torno a las funciones analíticas de la totalidad" (1987).
En la revista de epistemología Cinta de Moebio se han escrito artículos sobre Zemelman, como por ejemplo "Del tema al objeto de investigación en la propuesta epistemológica de Hugo Zemelman" por Larry Andrade de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (Santa Cruz, Argentina).
Hacia el año 2004, Zemelman creó el Instituto "Pensamiento y Cultura en América Latina" (IPECAL), que desarrolla investigación e imparte postgrados en el área de pensamiento latinoamericano, donde trabajó hasta sus últimos días.
Como parte de la época en que vivimos, todavía se puede ver en el sitio web de IPECAL una transmisión de video del velorio de Hugo Zemelman, tal vez como una manera de permitirnos acompañar al gran pensador latinoamericano junto a sus colegas y seres queridos.
Página de Hugo Zemelman: http://www.hugozemelman.info
Videos de Hugo Zemelman: http://www.youtube.com/user/cerezoeditores
Citas Destacadas
”Quien no se atreva, no va a poder construir conocimiento; quien busque
mantenerse en su identidad, en su sosiego y en su quietud, construirá discursos
ideológicos, pero no conocimiento; armará discursos que lo reafirmen en sus
prejuicios y estereotipos, en lo rutinario, y en lo que cree verdadero, sin
cuestionarlo” Hugo Zemelman.
“Toda mi vida, y he tenido una larga existencia, siempre he tenido la
impresión de que las jóvenes generaciones si se aplicaban al estudio y obtenían
buenos niveles de educación, les aguardaba una larga carrera. Las nuevas
generaciones comenzaban donde habían terminado las anteriores. Se daba por
sentado. Es la primera vez en que la generación más joven tiene las mejores
expectativas (buena educación, idiomas) y ningún futuro. La juventud está cerca
de acabar en la cuneta, corre el riesgo de ser redundante” Zygmunt Bauman.
“La educación es el punto en el que decidimos si amamos al mundo lo bastante
como para asumir una responsabilidad por él y así salvarlo de la ruina que, de
no ser por los nuevos y los jóvenes, sería inevitable. También mediante la
educación decidimos si amamos a nuestros hijos lo bastante como para no
arrojarlos de nuestro mundo y librarlos a sus propios recursos, ni quitarles de
las manos la oportunidad de emprender algo nuevo, algo que nosotros no
imaginamos, lo bastante como para prepararlos con tiempo para la tarea de
renovar un mundo común” Hannah Arendt.
“Uno se embarca hacia tierras lejanas, indaga la naturaleza, ansía el
conocimiento de los hombres, inventa seres de ficción, busca a Dios. Después se
comprende que el fantasma que se perseguía era Uno- Mismo”. Ernesto Sabato.
En: Hombres y Engranajes – Primer párrafo de la
Justificación.
“La palabra clave es *comenzar*. Lo peor que le puede pasar a cualquier gran
precursor del pensamiento humano es que sus ideas caigan en manos de discípulos
y fieles que toman el pensamiento vivo, inquieto y siempre cambiante del maestro
e intentan esculpirlo en granito imperecedero, de modo que no se pierda ni
modifique una palabra. Las palabras podrán permanecer, pero el espíritu pronto
se perderá”. John Holt, 1970.