El conocer implica voluntad de pensar creativa y
críticamente.” Gregorio Valera-Villegas
- Análisis
de los diferentes procesos que concurren en un texto y son estudiados por
la fenomenología y la hermenéutica. Valera - Villegas, G. (2009).
1 NOMBRE
DEL ESTUDIO
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3. PROPUESTAS
DEL AUTOR
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4. ¿CÓMO
LOGRAR APROPIARSE
DE ESTA
PROPUESTA?
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5. RETOS
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6. METODOLOGÍA
PARA UNA APROXIMACIÓN A LA PROPUESTA
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7. PRINCIPALES
HALLAZGOS O RESULTADOS
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8. IDEAS
FUNDAMENTALES
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La Hermenéutica es el ámbito más restringido de la lingüística, y
particularmente en el de la pragmalingüística y de la sociolingüística; para
esta disciplina, discurso significa
todo lo contrario al monólogo retórico, a saber: diálogo o conversación, lo
que supone, por lo general, dos o a lo sumo, unos pocos interlocutores que participen
activamente en un intercambio comunicativo.
La expresión discursiva se puede
considerar, desde el punto de vista de su construcción, como un producto
ideológico o formación discursiva de carácter nomotético o ideográfico.
Desde el punto de vista del formato,
la expresión discursiva se puede considerar como reflejo de una competencia
discursiva, característica de los discursos bien formados.
El campo del discurso es complejo, en él se entrecruzan los intereses de la
lingüística, la semiótica, la crítica literaria, la psicolingüística, la
sociolingüística, la psicología -cognitiva, social, clínica, la sociología,
la microsociología, la antropología. Villegas (1993).
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El discurso da cuenta más bien de la relación entre
las intenciones del emisor (destinador)
-hablante o escritor- y las del receptor (destinatario) -oyente o lector-,
implica los procesos correlativos de producción y comprensión, siendo objeto de una hermenéutica interpretativa.
El texto, remite a la emisión misma, al mensaje, en cuanto
producto sensible -oral o escrito- y se convierte en objeto del análisis
textual.
La coherencia no está sustentada en una construcción
arbitraria de la mente del intérprete, sino basada en las marcas que el autor ha dejado
en el texto, y que deben ser igualmente objeto del análisis textual.
Este análisis hermenéutico es aplicable a la
historia de vida, como instrumento de
recolección de datos en la investigación educativa. Villegas (1993).
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A la luz de
ambos autores se debe tener una actitud abierta y creativa para comprender
que lo que da vida al texto, es la dinámica discursiva que pone en juego,
tanto el autor en el proceso de su
producción, como el destinatario, en
su interpretación.
Se llega a la comprensión del texto a través de la isotopía
semántica, haciendo un análisis textual de las microestructuras.
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El texto deja de ser un producto estático para
convertirse en el lugar donde se entrecruzan las acciones negociadoras de
destinador y destinatario.
Texto y discurso no pueden ser utilizados como
sinónimos.
Resulta de gran importancia para captar contenidos
organizar el pensamiento discursivo, entrenándolo a través del
cuestionamiento permanente del texto y la autorreflexión, rompiendo mitos y
esquemas, renovando los pensamientos, ideas y conceptos acerca del mundo, sus
objetos y pensamientos de forma permanente.
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Conviene tener presente que el proceso de comprensión, pone en juego múltiples actividades cognitivas que van desde procesos automáticos
de parsing sintáctico, a operaciones
más complejas, como la aplicación de
las macro-reglas de supresión, generalización y construcción, hasta la extracción
del tema o la elaboración de micro y macro-estructuras.
Decodificar el texto a partir de la textualidad,
co-textualidad y contextualidad, examinando la información homogénea y
heterogénea, conectando microestructuras, tendientes
a obtener la coherencia conceptual. Villegas (1993).
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Hermenéuticamente ha de entenderse por discurso, la manifestación del pensar, la comunicación
de una idea, una forma directa o inmediata a través de
intercambios interactivos -conversación- o de una forma indirecta y mediada a
través de textos escritos o de mensajes orales audio-vídeo-grabados.
Las unidades discursivas constituyen los únicos
rastros objetivos y racionalizados de la intervención de un agente en el
mundo.
El análisis de la redundancia equivale a un análisis
de contenido, aunque no sigue los criterios cuantitativos de este último.
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-El
discurso, como expresión del pensar, remite inevitablemente a la semiótica y
a la hermenéutica, en cuanto implica al lenguaje, como código de manifestación de un
pensamiento, individual o colectivo,
que exige ser comprendido o interpretado.
El
análisis del discurso requiere, igualmente, de las disciplinas que faciliten la
interpretación, hermenéutica, serniótica y análisis textual,
sujeto emisor -autor del mensaje- y
uno o más sujetos destinatarios -auditoria, interlocutor, lector, entre otros.-
que coexisten y cooperan en su construcción.
La
presencia del receptor viene garantizada por la relación con un destinatario
concreto o ideal -el lector modelo-, que determina el éxito o fracaso del
acto comunicativo.
El
texto va más allá de una secuencia organizada de conceptos. Villegas (1993).
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2 FENOMENOLOGÍA
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Lo más importante no es ser alfabeto, leer y escribir;
es entender que la constitución del su jeto lector, la
posesión del don de la lectura, las relaciones entre lectura y cuerpo,
lectura y habitus, lectura y conversión de sí, y la condición de proyecto
inconcluso del sujeto lector.
Tras la lectura apasionada hay catarsis, y todo un complejo proceso de autoexamen y
vuelta hacia uno mismo.
“La paradoja de la creación novelística consiste en
que el escritor debe dar en una obra que es forzosamente finita, una realidad que es fatalmente infinita.”
Nietzsche, F (1999).
A través del lenguaje, y de la experiencia que
resuena en el sujeto, es posible re-lanzar una nueva experiencia, un
pensamiento-palabra renovado desde esa subjetividad que asume y crea el
sujeto lingüístico. Valera - Villegas, G. (2009).
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Lo más importante frente a la filosofía, frente a la
lectura de un texto, no es leer y leer, sino sentarse pacientemente como lo hacía
Sócrates con sus discípulos y escuchar con atención el texto, digiriéndolo,
rumiándolo, en cada palabra, en cada
párrafo, para luego, pensar, a imaginar,
re-interpretar, lo leído-escuchado.
Nietzsche nos invita desde su llamado arte del
estilo, a comprender la exigencia de abrir los oídos hacia
una escucha atenta para recibir eso que trata de transmitirnos el texto.
Con cada sintagma de la escritura, se busca una
integración con el universo, con la
totalidad; esa totalidad está,
esencialmente, determinada por lo que el tiempo y la memoria hayan hecho de
una existencia humana bajo la forma de experiencia. Valera - Villegas, G. (2009).
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Orientar la lectura hacia el Yo, y hacia el mundo, examinando las estructuras que determinan la totalidad del pensamiento, de
los sentimientos y de los actos de la persona. Se trata de una lectura
gestáltica, desde el sujeto hacia el mundo, buscando,
comprenderlo e interpretarlo
como totalidad.
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Se debe leer consciente de lo que se es y de lo que
el autor quiere transmitir, el acto de leer implica un encuentro con el mundo
y consigo mismo.
Necesitamos como lectores por el hecho mismo de ser
texto, o sea, lejanía del autor y de su tiempo, ser vividos totalmente en la
mente de aquel en el lenguaje.
La lectura como conversión de sí se propicia en un
lector situado, en un ahora, desde un pasado, lanzado a un por-venir.
La hermenéutica debería aportar todavía al análisis
del
discurso una perspectiva ontológica e
histórico-cultural que trasciende claramente
los límites de la lingüística.
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Abrirse al texto desde la misma intimidad.
Incursionar en el mundo de las subjetividades.
Esta lectura no consiste en la realización de una
exégesis, del mero preguntarse por lo que quiere decir, o quiso decir, tal o
cual obra, implica un ejercicio de meditación de la lectura iquieta(nte) como
conversión de sí, la cual comprende:
-Apropiarse del pensamiento contenido en una obra
para pensar y actuar como corresponde.
- Pensar el asunto mismo, y sobre todo ejercitarse en el asunto en que
se piensa, con la ficción e imaginación.
-Meditar la experiencia del pensamiento sobre sí, la
construcción del sujeto lector a partir de lo leído.
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La lectura enajenada es aquella en que no pasa nada
en el lector.
Después de leer hay que escribir y releer, para
lograr la re-creación, re-invención, como proceso activo y productivo de
conocimiento.
Hay que Interrogarse:
¿Lector inquieto? O ¿escritor que inquieta? O ¿ambas
cosas?
La lectura comprensiva
se hace pathos, padecimiento y
recibimiento para poder de esta manera, captar ese estilo particular de transmitir
lo padecido.
El hombre no es aquella entelequia ajena a la tierra
y a la sangre, a la sociedad misma, y
a la historia de sus vicisitudes; sino un ser histórico que se recrea y
reconstruye permanentemente a sí mismo, realizando lo universal, a través de lo individual. Sábato, (1979).
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La
conversión de sí, en clave de autopilotaje,
puede representar un pivote para la constitución de una ética y una
esté tica del yo.
- El modo de existencia de ser, implica una relación viva y auténtica con el
mundo.
-El
acto de la lectura inquieta, involucra
una búsqueda de un saber de sí.
- La
experiencia del yo-lector se da en la vivencia propia de la acción de la
lectura.
El
lenguaje es el que nos acerca o aleja;
el mundo que hemos construido es el mundo del lenguaje. Si el texto
desaparece, desaparecerá con él, nuestra identidad.
Sólo
aquello que nos hiere, que nos imprime una huella, sirve al despliegue de
nuestra vida.
“La
paradoja de la creación novelística consiste en que el escritor debe dar en
una obra que es forzosamente finita una realidad que es fatalmente infinita.”
Nietzsche, F (1999).
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Con cada palabra, con cada sintagma, con cada fonema,
y morfema, con cada interrogante, con cada punto, no importa si es aparte o
seguido; el hombre crea el infinito
cosmos del Otro y Yo, uniendo el pasado
con el presente, para decididamente lanzarse a su por-venir.
2. Bibliografía
1.
Valera - Villegas, G. (2009). Yo, otro y el texto. Una fenomenología de la
lectura. Revista Utopía y Praxis Latinoamericana, Vol. 14, Núm. 47,
octubre-diciembre, 2009, pp. 59-78. Universidad del Zulia. Venezuela.
Recuperado de:
http://www.redalyc.org/pdf/279/27911868005.pdf
http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-52162009000400005&lng=en&nrm=iso&tlng=es
2.
Villegas M.l (1993). Las disciplinas del discurso: hermenéutica, semiótica y
análisis textual. Anuario de Psicologia. 1993, no 59, 19-60. 1993, Facultat de
Psicologia Universitat de Barcelona.
Recuperado
de:
http://www.raco.cat/index.php/anuariopsicologia/article/viewFile/61203/88895.
Nietzsche,
F (1999). Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es. Madrid, Edimat, p. 81.