"Ninguna criatura
humana es comprendida por criatura humana alguna. Todo lo más, por costumbre, paciencia, interés, amistad,
se aceptan o se toleran." Taine,
Hipólito.
Tiempo para renovarse
Fue
un tiempo para repensarse, para abrir espacios de recreación, donde el teatro robó sonrisas. En la
Francisco Luis, transcurrió una semana
de esparcimiento, de autoreconocimiento consigo mismo y con el Otro; para vivir y compartir en la semana de la Convivencia
su genuino significado, música que brota como manantial caliente para
regocijarse en el encuentro con el compañero, con el amigo, con el improvisado
viajero de la niñez y la juventud.
Generosidad
incondicional para trascender la tiza, el pizarrón, el escritorio, la baldosa, el
pasillo, la cancha, el teatro, el adobe,
cruzando las fronteras que demarcan un
discurso académico, un informe, una
clase, la tela de un uniforme.
Semana
sin sermones ni cantinela; espacio para
sentarse en el suelo, para vivir la experiencia de un sueño, para ser parte de
la Francisco Luis, sin etiquetas, formalismos ni emblemas, simplemente, seres humanos haciéndose protagonistas de su propia historia.
El primer momento, !ese primer Maestro¡
Quien puede borrar de su discurso,
su escuela, sus maestros,
si en aquel lugar se trazó su sendero,
si allí transcurrieron sus mejores momentos,
si allí las letras tomaron forma, al lado de su Maestro.
Quien por mucho que quiera,
podrá borrar estos hermosos recuerdos,
el descanso, sus amigos, los exámenes,
el salón, los gritos, y luego el silencio;
el lápiz, el borrador, el morral,
las calificaciones, sus rutinas, su escritorio,
y sobre todo, su primer cuaderno.
Definitivamente somos escuela, somos la parte
del que acompañó nuestros pasos por la escuela,
en su primer momento,
¡Nuestro Primer Maestro!