miércoles, 25 de junio de 2014

Reflexión acerca la función de la argumentación en el texto académico


No se es escritor por haber elegido decir ciertas cosas,
sino por la forma en que se digan”.  Jean-Paul/Sartre”.  



Reflexión acerca  la función de la argumentación en el texto académico

Desde el punto de vista del búho, del murciélago, del bohemio y del
ladrón, el crepúsculo es la hora del desayuno.
La lluvia es una maldición para el turista y una buena noticia para
el campesino.
Desde el punto de vista del nativo, el pintoresco es el turista.
Desde el punto de vista de los indios de las islas del mar Caribe,
Cristóbal Colón, con su sombrero de plumas y su capa de terciopelo

rojo, era un papagayo de dimensiones jamás vistas. Eduardo Galeano



Tabla de contenido


1. Las diferentes líneas de argumentación en un texto
2.         La función del argumento en un texto académico
3.  Conclusión
4.  Bibliografía
5. Anexos

1.    Las diferentes líneas de argumentación en un texto

El proceso de selección y organización de la información para la producción de un discurso científico se produce en cuatro niveles retóricos al mismo tiempo: en el nivel de los objetivos pragmáticos globales (“nivel A”), funciones retóricas generales (“nivel B”), el de las funciones retóricas específicas (“nivel C”) y el de las técnicas retóricas específicas (“nivel D”).

Entre las líneas de argumentación están: los textos académicos, los cuales son  de carácter expositivos,  frecuentemente textos polémicos en los cuales,  la persona que escribe opone su opinión a la opinión de otras personas. 

El texto académico es un texto que está organizado de tal manera que la atención de quien lee se concentre principalmente en las tesis de quien escribe, dejando más bien en la sombra las antítesis o las tesis alternativas. La argumentación en este tipo de textos puede ser, de causa, de finalidad, de efecto o consecuencia, la estrategia del contraste, entre tesis y antítesis.

Los estudios centrados en la argumentación como operación persuasiva presentan como recursos prototípicos de la argumentación, entre otros, los siguientes: la causalidad, la ejemplificación, la analogía, la definición, el contraste, la metáfora, o la cita de autoridad, veamos rápidamente  cada una de ellos:

Causalidad:
El concepto de causalidad implica sin duda alguna, un cierto nivel de abstracción que lo hace de difícil comprensión en algunos casos. A modo de simplificar la cuestión, se puede decir que la causalidad es el fenómeno mediante el cual,  se relacionan causas con efectos. En otras palabras, la causalidad es la conexión que existe entre las razones o las causas de ciertos fenómenos o procesos y los resultados o efectos de los mismos. La noción de causalidad implica así una permanente relación entre un evento anterior y su continuación, además de formarse así un círculo infinito de conexión entre sucesos y eventos que se generan unos a otros.

Ejemplificación:
El término ejemplificar proviene de la palabra en latín exemplum, que significa ejemplo. Ejemplificar es demostrar, comprobar, ilustrar o autorizar algo mediante ejemplos. Algunos sinónimos de ejemplificar son: parabolizar, simbolizar.

Para ejemplificar se utilizan algunas expresiones como, por ejemplo, en particular, como muestra, como ejemplo, en caso de, en el caso de, verbigracia, pongo por caso, tal como, a saber.

En el argumento de ejemplificación, un argumento de ejemplificación se muestra en una serie de premisas en las que aparecen diversos ejemplos que sustentan la afirmación o negación expresada en el argumento.

Analogía:
Analogía del griego αναλογíα (ana -reiteración o comparación- y logos razón), significa comparación o relación entre varias razones o conceptos; comparar o relacionar dos o más seres u objetos, a través de la razón señalando características generales y particulares, generando razonamientos basados en la existencia de semejanzas entre estos.
En el aspecto lógico apunta a la representación que logramos formarnos de la cosa; partiendo de que es real, pero subjetivo; y como representación es algo ideal o lógico pero como objeto del sujeto que la piensa y le otorga ciertas propiedades como la abstracción la universalidad.
Definición:
El punto referencia que determina una división o una clasificación es la extensión de los conceptos. En cambio, la definición se realiza desde el punto de vista del contenido de los mismos. Con la definición lo que se pretende es determinar la esencia del objeto real al cual el concepto se refiere, con carácter de ley natural.

Contraste:
Proceso mediante el cual se trata de comprobar si una afirmación sobre una propiedad poblacional puede ser mantenida  según la información muestral disponible o debe ser rechazada.

Metáfora:
La palabra metáfora proviene del concepto latino metaphora y éste, a su vez, de un vocablo griego que en español se interpreta como “traslación”. Se trata de la aplicación de un concepto o de una expresión sobre una idea o un objeto al cual no describe de manera directa, con la intención de sugerir una comparación con otro elemento y facilitar su comprensión.

La metáfora aparece tanto en la teoría literaria (marco en el cual se la utiliza como recurso literario o tropo), como en el campo de la lingüística (espacio donde aparece como uno de los más importantes motivos de modificación semántica) y en la psicología.
La vida se halla repleta de metáforas, en todos los campos existen y ellas son las que ayudan a entender y aceptar la realidad, así que este concepto deberían tenerlo todos presente, no sólo en el campo de las artes, sino también, en la ciencia.

Cita de autoridad:
Como la palabra lo dice, una cita de autoridad es una cita de que dijo una autoridad reconocida o un especialista. El especialista,  porque está capacitado y sabe del tema, la autoridad porque su palabra es respetada y legítima. La cita de autoridad se utiliza comúnmente como un recurso argumentativo, para dar credibilidad a un argumento con la opinión de una persona que sabe más del tema que el emisor y el destinatario.

De ese modo, para fortalecer la opinión personal, se cita a un especialista reconocido como prueba de que se  tiene  razón. El buen uso de la cita de autoridad es cuando amplia la credibilidad argumentativa, haciendo referencias a un especialista que confirma la opinión personal. En ese caso, la cita de autoridad funciona como complemento argumentativo, al dar evidencia de que el razonamiento es  correcto.

Tipos de argumentaciones para la Pragmadialéctica

 La Pragmadialéctica, por su parte, distingue tres tipos de argumentaciones
1)    Argumentaciones sintomáticas: un punto de vista 1 es defendido,  citando en la discusión cierto signo, síntoma o marca distintiva, del cual la conclusión es el punto de vista. Sobre la base de esta relación de concomitancia, el hablante concluye que el punto de vista debe ser aceptado.

2)    Argumentaciones analógicas: un punto de vista es defendido demostrando que algo mencionado en el punto de vista es similar a algo que se cita en la argumentación, y que sobre la base de esta semejanza el punto de vista debería aceptarse.

3)    Argumentaciones causales: un punto de vista es defendido mediante una conexión causal entre el argumento y el punto de vista, de modo que el punto de vista, dado el argumento, debería ser aceptado a partir del reconocimiento de esa conexión.

4) Esquemas argumentativos: los esquemas argumentativos son estructuras generales y abstractas con un número posible de instancias de reemplazo. En este sentido se relacionan o corresponden con las  estructuras lógicas de razonamiento. Con un esquema argumentativo, sin embargo, la transferencia de aceptabilidad no se basa solamente en la característica formal de la estructura que se usa.

 La estructura interna se revela en un esquema argumentativo, mientras que la enunciación de un argumento expresa la argumentación como una totalidad. En algunas teorías se ven como herramientas para la evaluación de la argumentación; en otros casos, son herramientas para encontrar argumentos,  e incluso sirven como punto de partida para la descripción de la capacidad argumentativa en una lengua determinada.

En la mayoría de las clasificaciones se incluyen la argumentación causal, la basada sobre la comparación y la argumentación fundamentada sobre la autoridad. También la argumentación desde el signo pero no siempre conceptualizada del mismo modo.

Entimema: para los aristotélicos la diferencia entre el entimema y el silogismo radica en las premisas. El entimema es un silogismo retórico (fundado en verosimilitudes) que lleva a la  persuasión. El silogismo científico está fundado en verdades y lleva a la demostración. Para Quintiliano el entimema es un silogismo incompleto. Suprime una premisa cuya realidad es incontestable y está conservada en la mente. Si se lo considera imperfecto lo es sólo a nivel de lenguaje (no a nivel de la mente).

Desde este punto de vista, en el discurso entimemático lo esencial es lo no dicho (lo presupuesto). Esto no dicho puede ser de tipo específico o de tipo universal. De tipo específico son aquellas premisas omitidas (reglas o máximas ideológicas) que se refieren a campos discusivos cerrados (lo natural es bueno, la solidaridad es deseable).
De tipo universal son aquellas premisas omitidas que han sido denominadas por la Retórica topoi o “lugares de la argumentación” lo posible/imposible propio del género deliberativo, lo real/no real propio del judicial y lo más/ menos propio del epidíctico.

Falacia: existen desde la Antigüedad ciertas formas de argumentar que, a pesar de ser incorrectas resultan muy persuasivas y recurrentes, conocidas como falacias, es decir como argumentos engañosos. Hamblin (1970) en su libro Fallacies,  establece un tratamiento estándar de las falacias. Intenta mostrar, sobre la base de los mecanismos habituales de la lógica, que toda falacia es un argumento lógicamente incorrecto. Su tratamiento, sin embargo, ha sido criticado porque no es consistente con su propósito.

El fracaso en satisfacer los criterios de relevancia, suficiencia y aceptabilidad en un determinado contexto, conduce a grandes tipos de falacias:
- Falacias de Razones Irrelevantes
- Falacias de Razones Insuficientes (Conclusión apresurada)
- Falacias de Razones Dudosas (Premisas Problemáticas).

Abducción: Según Michael Hoffmann (on line) la mejor manera de entender la inferencia abductiva es compararla con la deducción y la inducción. Cita al respecto a Peirce: “(...) no hay sino tres clases elementales de razonamiento. La primera, que yo llamo abducción (...) consiste en examinar una masa de hechos y en permitir que estos hechos sugieran una teoría. De este modo se ganan nuevas ideas; pero el razonamiento no tiene fuerza. La segunda clase de razonamiento es la deducción, o razonamiento necesario.

Sólo es aplicable a un estado ideal de cosas (…) Simplemente da un nuevo aspecto a las premisas (...) El tercer modo de razonamiento es la inducción o investigación experimental.
Su procedimiento es éste,  sugiere una teoría, se emplea la deducción para deducir a partir de esa teoría ideal,  una promiscua variedad de consecuencias a tal efecto que si se realizan ciertos actos, se enfrenta con ciertas experiencias. Cuando se procede  a intentar esos experimentos, y si las predicciones de la teoría se verifican, se obtiene una confianza proporcionada en que los experimentos que aún no se han intentado confirmarán la teoría” (Charles Peirce 8.209,  c.1905, cit. por Hoffmann).
  
Pasando al  ámbito académico (exámenes, informes, trabajos académicos),  saber argumentar  es imprescindible para defender con éxito la posición que se sostiene. Para ello, es importante examinar los posibles argumentos de los contrincantes y buscar argumentos sólidos que defiendan las conclusiones que se han propuesto.

En la exposición hay un razonamiento;  son varias las expresiones características que intentan explicitar la argumentación, como, por ejemplo, las relaciones de condición, de causa, de finalidad, de efecto o consecuencia. El discurso argumentativo realiza utilizando una amplia variedad de formas textuales que apelan a recursos muy diversos y posee distinto grado de complejidad. Las situaciones más comunes en que se emplea la argumentación son las siguientes:

a) Situaciones de carácter interpersonal: vida cotidiana (discusión entre dos personas con diferente punto de vista), entrevista laboral, entre otros aspectos.  Se caracterizan por la utilización de un discurso poco planificado.

b) Situaciones de carácter social: cartas al director, artículos de opinión, manifiestos, anuncios publicitarios, debates, mesas redondas; éstas emplean un discurso más planificado y estructurado, con una gramática más elaborada y precisa.

c) Situaciones técnicas: ámbito científico, jurídico y administrativo (artículos de investigación, tratados, instancias, alegatos, sentencias, demandas),  usan estructuras muy formalizadas en su desarrollo discursivo.

d) Situaciones académicas: los exámenes, informes, trabajos académicos.

En el artículo de investigación, la abundancia de formas léxicas, como verbos de  evidencialidad, adjetivos ponderativos, sustantivos de causa y consecuencia (“ser  consecuencia de”),  muestran de forma explícita los pasos argumentativos (“moves” en  que el escritor va dando en su discurso). Las partes argumentativas son  fundamentalmente tres: la introducción, la discusión y el resumen-conclusión.

Examen de acceso a la Universidad:

Los mejores ejemplos de argumentación se encuentran en los temas de ciencias, especialmente en matemáticas y en ciertos aspectos formalizados de física.  En la resolución de problemas de los exámenes de niveles preuniversitarios se encuentran argumentos completos en los que el punto de partida es manifiesto (son los datos de la enunciación del problema), la  justificación viene representada por el planteamiento y desarrollo, y el final del argumento es la solución.

En los exámenes de Humanidades, en cambio, muchas veces falta la razón que permite sostener determinadas aserciones, con lo que se aporta  información que no se “demuestra”, poco convincente. Los estudiantes abordan este tipo de examen como textos expositivos en los que el valor radica en la cantidad de datos que se ofrecen, aunque no se justifiquen. Pero la explicación causal concedería mayor calidad a textos. Se observa especialmente en literatura, que es escasa la explicitación   lingüística que plantea  las relaciones conceptuales que conforman un razonamiento coherente; se  presentan las causas con frecuencia de forma asindética, con poca conexión léxica o gramatical.

En las disciplinas científicas fundamentalmente se observa como técnicas retóricas el planteamiento de hipótesis / condición,  finalidad / aplicación,  causa,  ejemplificación.

Reseña:
Las técnicas más empleadas son las relaciones de orden de importancia en cuanto a los argumentos presentados, la comparación y contraste y la intensificación de la conclusión. La reseña científica se realiza mediante una breve exposición descriptiva o crítica de la totalidad o una parte de la obra de otro u otros investigadores, de ahí que tenga dos modalidades: la reseña descriptiva y la reseña critica.

La primera se limita a efectuar, mediante un resumen, un inventario del contenido o las características de la obra. La segunda, que puede ser objetiva o crítica, implica, también mediante un resumen, una evaluación o valoración más o menos exhaustiva, del documento de que se trate. En el nivel pedagógico, la reseña cumple un importante papel: evidenciar la calidad y cantidad de conocimientos adquiridos por los alumnos con relación a la obra reseñada.

El resumen. Se trata de una presentación sintética del tema o temas centrales contenidos en una obra propia o ajena, utilizando un lenguaje claro y una redacción sencilla y precisa; requiere de parte del investigador objetividad y respeto al pensamiento del autor en su integridad. En el ámbito pedagógico es imprescindible, ya que estimula la lectura crítica de un libro, manifiesta la capacidad de abstracción y ayuda a afinar el pensamiento analítico y sintético del alumno."

 Estructura de los textos argumentativos

Los textos argumentativos, como los expositivos, basan una parte importante de su efectividad en la buena organización de las ideas con las que se pretende convencer o persuadir. De entre las variadas formas con las que se puede manifestar este modo de organizar el discurso. Todo texto argumentativo se articula en torno a cuatro partes fundamentales:

1. Presentación o introducción
Tiene como finalidad presentar el tema sobre el que se argumenta, captar la atención del destinatario y despertar en él el interés y una actitud favorable.

2. Exposición de la tesis

La tesis es la postura que se mantiene ante el tema. Puede aparecer al principio o al final del texto y es el núcleo de la argumentación.

Una tesis puede ser una opinión subjetiva, en el caso de la argumentación informal; en cambio, si se trata de un trabajo académico de investigación, la tesis tiene que ser una hipótesis científica. Cabe destacar que una tesis que no se apoye en argumentos racionales no constituye una argumentación académica. Solamente los datos objetivos o las afirmaciones demostrables científicamente constituyen argumentos válidos en un texto científico-técnico.

Al defender una opinión suele adoptarse una de estas tres posturas argumentativas:
a) Postura positiva: el emisor-argumentador aporta argumentos que apoyan su tesis (argumentación positiva o de prueba).

b) Postura negativa: se ofrecen razones que refutan o rechazan argumentos contrarios al propio punto de vista (argumentación negativa o de refutación).

c) Postura ecléctica: se aceptan algunas razones ajenas (concesiones) y se aportan argumentos propios.

3. Cuerpo argumentativo y antitesis

Una vez expuesta la tesis, empieza la argumentación propiamente dicha. Se trata bien de justificar la tesis con la presentación de pruebas y argumentos variados (argumentación positiva), refutar la tesis contraria, o admitir algún argumento contrario (concesión) para contraargumentar.

Con el objetivo de lograr persuadir al destinatario, el emisor puede desplegar una serie de estrategias argumentativas. Puede recurrir a las citas de autoridad y a la ejemplificación, a la analogía, a la exposición de las causas y las consecuencias que comporta la adopción de sus ideas, al refuerzo de su opinión mediante datos objetivos (como, por ejemplo, resultados estadísticos o sondeos), o a la discusión y desestimación de posibles objeciones a la tesis adoptada.

En las argumentaciones escritas (textos científicos y técnicos, humanísticos, ensayos...), los esquemas más utilizados son:

a) Argumentación deductiva. Presenta una orientación demostrativa: se parte de una o varias ideas generales (tesis) para llegar a una conclusión (que reafirma la tesis de partida o propone nuevas tesis) mediante la presentación de hechos, pruebas y argumentos.

b) Argumentación inductiva. Se parte de la presentación de una serie de argumentos y, tras análisis y razonamientos variados, se llega, a modo de conclusión, a una tesis que se infiere de dichos argumentos.

c) Argumentación mixta. Contiene a la vez elementos del esquema deductivo y del inductivo. Se formula al principio la tesis, se muestran hechos, casos o razonamientos que la confirmen y, al final, se repite la tesis, casi siempre con alguna variante.

En el texto expresivo,  su intención es la transmisión de sentimientos revelando la subjetividad.
El texto académico por su función se encuentra inserto en lo informativo pero hay que considerar que en cualquier reproducción que se encuentre,  sea este oral, escrito o audiovisual, debe estar dentro del marco de una actividad científica y universitaria. (Padrón, J. 1996).

El escrito académico es todo un aparato conceptual que está elaborado rigurosamente, con una composición, con una construcción de ideas ordenadas, justificada y que va dirigida a un sector específico, tiene la función y la intención de persuadir al lector. Su estructura textual requiere una revisión de las fuentes bibliográficas ya que va orientada a la concesión del conocimiento.

Dentro de sus características se pueden señalar:
1.- Su textura.- Esta tiene que ver con su cohesión y con la coherencia del texto.
2.- Su finitud.- Que tiene un límite.
Dentro de su semántica se desarrollan ciertas funciones:
a).-  la función ideacional.- la de expresar un contenido. Esta tiene dos subdivisiones; la que va ligada a la experiencia y la que va ligada a la lógica.

b).- la función interpersonal.- que tiene en cuenta al interlocutor.

c).- la textual.- que es la combinación de las anteriores, la de expresar un contenido teniendo en cuanta al interlocutor.

Al ser guiado por el escritor contiene una intertextualidad, con el carácter distanciado de la comunicación y la producción solitaria.

La organización del texto académico: según Morrison (1995) está constituido por:
•La búsqueda en los textos da lugar a la organización de la información por orden alfabético en los índices analíticos.
•Por su delimitación está dividido en parágrafos y capítulos.
•Por las formas de prestación didácticas cambian la disposición y el diseño del texto.
•En su clasificación lleva el empleo de números y orden alfabético dentro del texto.
•En sus comentarios da lugar a la división entres texto y anotaciones, en notas de pie y citas.
•En su validación da lugar a notas de pie y citas
•La inclusión de las glosas lleva a la subdivisión del texto.

Los textos académicos por su procedimientos discursivos se dividen en:

Un resumen.- presenta el mismo contenido proposicional del texto
Una introducción y conclusión.- son delimitantes del texto
Métodos y resultados.- donde se presentan los hechos y las condiciones de los mismos. Están en tiempo pasado y en voz pasiva.
Introducción.- la presencia del tiempo verbal en presente y con voz activa.
Discusión.- mantiene cambios de verbo entre presente y pasado.
Localización.- señales del texto mismo.
Función retórica.- señales explicitas dentro del texto, ejemplo: “hemos incluido”
Jerarquía.- donde se le da prominencia a la información, ejemplo: “nuestro tema”
En resumen,  se encuentra que el texto académico debe contener ciertas características que son parte de una validez del contenido expuesto y al mismo tiempo, pretende convencer sobre la ordenanza de los resultados presentados. Muñoz, N.I. (2010).

Ente los géneros académicos se encuentran:

Técnicas retóricas:

 Evidencialidad, ponderación/énfasis, atenuación de la tesis/objetivos,  explicitación de la polémica,  citas en estilo indirecto,  comparación y contraste,  causa-consecuencia,   ejemplificación, preguntas retóricas. Destaca la abundancia y variedad de elementos léxicos  que expresan la “evidencia” de la tesis defendida, en convivencia con la atenuación de la conclusión.

Premisas: Orden de importancia,   comparación y contraste,   causa-consecuencia,   citas directas de la obra,  finalidad evidencia, ejemplificación,  intensificación de la valoración.

La argumentación en este tipo de textos se centra en razonar la consecución o no de los objetivos que persigue el libro comentado. Los argumentos se aportan a lo largo de la reseña, sobre todo, por orden de importancia, y a través de la comparación y contraste. Estas  técnicas argumentativas conducen a una conclusión final que intensifica los aspectos positivos del libro como estrategia para persuadir al destinatario de las virtudes de la obra reseñada.

Informe científico:
Los textos científicos tienen como función hacer de conocimiento público el trabajo realizado por un investigador. Busca Consecución de resultados, confirmación de hipótesis.

Es un escrito que tiene como objetivo presentar, de una manera organizada y clara, el resultado de la aplicación de un principio científico: un instrumento y su aplicación. Pueden ser descriptivos: describen un instrumento, sin realizar interpretaciones, ni sacar conclusiones;  interpretativos: enfatizan en la importancia de un elemento técnico determinado; demostrativos: establecen la relación entre un elemento técnico y unos principios científicos que se han aplicado para su elaboración.

Su función: transmitir conocimientos universales sobre la realidad.  Objetivo: hacer afirmaciones que sean  universales. Lenguaje exigido por esas características: expresión clara y precisa, vocabulario denotativo y unívoco.

Objetivo comunicativo: transmisión de conocimientos emisores / receptores emisores = especialistas receptores = especialistas o público en general.  Si ambos son especialistas, comparten un determinado grado de información sobre el área de conocimiento referente campo propio de la especialidad.

El campo de la ciencia abarca distintos saberes: química, física, biología, astrofísica,… Código Lengua general y subcódigo propio de la especialidad, con una terminología específica situación condiciona el carácter especializado que se haga del subcódigo: artículo de divulgación, congreso de especialistas comunicativa canal aire, papel, medios audiovisuales, soporte electrónico mensajes claridad y precisión.

Tipologías textuales: predominan la exposición y la argumentación,  pueden también incluir descripciones y narraciones, o el lenguaje técnico aparecen también las instrucciones.
Estructura (según la organización de la información) método deductivo (de lo general a lo particular) estructura analizante,  método inductivo (de lo particular a lo general) estructura sintetizante, repetición de la tesis al principio y al final estructura encuadrada.

Estructura general: introducción: se presenta el tema;  desarrollo: puede variar de acuerdo a las características que solicite la institución u organismo que dará la difusión de su contenido. Se exponen los argumentos o los hechos, las pruebas, entre otras… conclusión: se exponen las conclusiones que se han extraído del análisis.

Formas lingüísticas: tecnicismos (precisión y claridad),  terminologías,  presencia de lenguajes artificiales,  el registro formal (características de la lengua escrita). Muñoz, N.I. (2010).

2.         La función del argumento en un texto académico

La función de los elementos retóricos es que ponen a hablar los datos, los hechos de forma lógica, coherente, armónica, sistematizada; una buena argumentación atrapa al lector, lo contrario, lo aleja, es un arte en el uso del léxico y uso del lenguaje en el campo en que se viene trabajando o investigando.

Las técnicas retóricas serían como “lazos cohesivos”, definidos como “elementos semánticos”, tanto explícitos como implícitos, que relacionan ítems de información dentro del párrafo y muestran las relaciones de estos ítems con la idea principal. Para llevar a cabo una función retórica específica,  se recurre a patrones de relación que permitan establecer la conexión entre estas unidades,  y el tema principal del  discurso.

La argumentación sería concebida como una función retórica específica en los textos científicos, que se vehiculan a través de distintas técnicas retóricas, para ello habrá de tenerse en cuenta varis niveles según sus fines,  objetivos pragmáticos globales,  funciones retóricas específicas: argumentación, técnicas retóricas específicas: técnicas argumentativas y estadios que actúan en paralelo en el proceso de composición e interactúan entre sí, entre ellos se encuentran, fase de planificación de objetivos (goal-planning), fase de ideación (ideation),  fase de desarrollo conceptual (conceptual development): argumentación, fase de expresión (expression): técnicas argumentativas,  fase de linealidad de la frase (phrase linearization),  fase de linealidad de sonidos y letras (sound/letter linearization). Beaugrande (1984).

Los modelos de procesamiento textual paralelos e interactivos permiten situar la “dimensión argumentativa” de los géneros académicos en el marco de las etapas que se suceden en la construcción de cada clase textual. La función de la argumentación es descripción y argumentación, en los textos.

La argumentación es un modo de organizar el discurso que pretende conseguir la adhesión de un auditorio a las tesis u opiniones que sostiene el autor. La argumentación se utiliza normalmente para desarrollar temas que se prestan a cierta controversia.

La argumentación se identifica con el enunciado de un problema o situación que admite posiciones a favor o en contra de una tesis (opinión que se defiende). Argumentar es, por tanto, aportar razones para defender una opinión.

Toda argumentación tiene un carácter dialógico, es decir, presupone un diálogo con el pensamiento del interlocutor para transformar su opinión (tesis y argumentos, por un lado; antitesis y contraargumentos, por el otro). Por ello se ha de presuponer la existencia de dos o más interlocutores (el escritor y su/s oponente/s). De aquí se deduce la necesidad de tener en cuenta al destinatario (identificarlo, conocer sus gustos y valores, prever su opinión...) para seleccionar los argumentos o premisas más adecuados y eficaces, y para contraargumentar (exponer razones que contrarresten o invaliden los razonamientos ajenos).

Como práctica social, la argumentación implica una forma específica de interacción ante la presencia de una discrepancia o conflicto. Tanto en la participación en distintas instancias de la vida pública como en el ámbito privado, la argumentación ofrece una alternativa a las formas directas de la imposición o la violencia para resolver situaciones problemáticas en las que no existe consenso.

Desde un punto de vista pragmático, la argumentación es un acto de habla complejo cuyo propósito es contribuir a la resolución de una diferencia de opinión.

Por otro lado, la argumentación, por importante que sea en un texto, suele combinarse con otros modos de organizar el discurso, como la explicación o la descripción, para conseguir un texto más eficaz y dinámico. Así ocurre en el ensayo, en el que predomina el procedimiento argumentativo en combinación con la exposición. Otros textos en los que se emplea con profusión la argumentación son los textos científicos, los jurídicos y algunas modalidades de textos técnicos, por ejemplo el informe. López Ferrero, C. (S/F).

Estas estructuras, situadas en el contexto del estudio del propósito comunicativo del escritor y de las estrategias argumentativas, permiten observar su eficacia comunicativa y establecer técnicas específicas para la composición de cada género de discurso.

Desde el punto de vista lingüístico (del texto al género discursivo), el análisis realizado,  permite establecer paralelismos claros entre forma gramatical y función discursiva. La identificación de las técnicas retóricas se ha llevado a cabo sobre la base de evidencias lingüísticas (gramaticales y léxicas).

Estas marcas, recurrentes en cada género de discurso, ofrecen herramientas para poder caracterizar cada clase textual desde un punto de vista argumentativo y retórico, y establecer semejanzas y diferencias entre ellas. “Conforman” el desarrollo conceptual seguido en cada tipo de género, y muestran los rasgos estilísticos compartidos dentro de la comunidad académica general (rasgos comunes a varios géneros) y dentro de la comunidad discursiva particular del texto (rasgos diferenciadores de cada género).



2.    Conclusión

Argumentación implica razonamiento. Aristóteles fue uno de los primeros en descubrir la existencia de una lógica argumentativa, de naturaleza inductiva en los discursos sociales, diferente a la silogística y valorada en la actualidad en función de parámetros como coherencia y adecuación. Una línea de argumentación inductiva permite inferir a partir de una evidencia particular con el fin de derivar unas conclusiones. Es lo que Aristóteles en su “Retórica” denominó entimema.

En el marco de los contextos académicos en los que se preserva, genera y difunde conocimiento a través de documentos escritos, la argumentación lógica es una condición intrínseca del discurso que le aporta solidez al escrito y prestigio personal al productor del texto.

Lo relevante en la argumentación es aportar las evidencias, los datos que permiten fundamentar la actividad científica de la que se ha de dar cuenta. Por lo cual, abundan las marcas de evidencialidad. Además, la información se desarrolla  por orden de importancia, destacando los logros que permiten convencer mejor del trabajo eficaz realizado, y de su relevancia en el campo científico en el que se profundiza. Se recuerda al interlocutor la tesis, las partes más relevantes de lo expuesto y se insiste en la posición argumentativa adoptada.

El acto de argumentar, como el pasaje de la  credibilidad de un hablante a otro, es un fenómeno muy complejo y difícil de agotar desde una sola perspectiva de análisis. Actualmente existe un renovado interés por los estudios argumentativos, basados especialmente en abordajes no formales, tendientes a dar solución a aspectos generalmente no resueltos por la lógica tradicional.

En efecto, el enfoque de la lógica tradicional conduce a una mirada despersonalizada, descontextualizada, que evalúa los  razonamientos por su validez formal, lo que supone una sola respuesta válida a cada cuestión  en conflicto. Nada más lejos de la realidad cotidiana de las interacciones argumentativas diarias; ello ha conducido a una actualización sobre las nuevas teorías de la argumentación, a partir del rastreo de sus objeciones a los planteos tradicionales y consiguiente reconceptualización de las nociones básicas.
El objetivo final está dirigido a replantear un ajuste, modificación y actualización de los contenidos disciplinares en la enseñanza, en vistas de optimizar una mejor y más realista secuenciación de contenidos, diseño de estrategias didácticas y criterios de evaluación; importante reto para el investigador socioeducativo.


4.   Bibliografía
López Ferrero, C. (S/F), La argumentación en los géneros académicos, [En García Negroni, Mª. Marta (ed.). Actas del congreso internacional La argumentación. Buenos Aires: Instituto de Lingüística de la Universidad de Buenos Aires. Edición en CD-Rom].


Muñoz, N.I. (2010) Examen de las nuevas teorías de la argumentación para un replanteo de su enseñanza.

Recuperado de:
http://ict.unpa.edu.ar/files/ICT-UNPA-15-2010.pdf

http://actividadesdacs.wordpress.com/2010/09/10/tipos-de-textos-3/


http://www.fcpolit.unr.edu.ar/programa/2008/03/13/estructuras-argumentativas-teun-van-dijk/



































































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