jueves, 15 de mayo de 2014

Maestra



Me pude escapar del aula
unos instantes
para descansar,
pero nunca
de tus palabras
que terminaron
este aguerrido espíritu
por moldear.
 
Quise recordar
una sola de tus lecciones
de mis años tiernos,
y todas quedaron
borrados del tablero,
solo recuerdo
tu sonrisa, tu tierna mirada,
tu paciencia infinita
con la que me enseñante
esta vida a transitar.
 
Ya los cuadernos no están,
se han marchado mis camaradas,
la escuela fue derribada,
pero la lección de memoria
ha quedado grabada
en mis versos y letras,
porque de tu escuela,
inefable Maestra,
nunca, nunca,
 me pude escapar.