Gloria, llevas en las venas la sabia, el sustrato, la luz , el agua, el oxigeno de tu abuela, para cultivar las flores más bellas, ella a lo lejos te observa, desde su lejana estrella.
Gloria
Haberte conocido cuando
de versos vivias
en un jardín,
en un retiro de quebrada,
en las explanadas que da la vida,
en las espaldas del corcel
de un oscuro anochecer,
en el suspiro,
que da la hierba al atardecer,
en una noche helada,
con un gato de compañía,
en la distancia,
en la soledades del alma,
con un rocío sin verter,
en esta magra tierra.
Presurosa, nerviosa,
con desparramo,
dejando caer,
como gloria,
como alabanza,
en aguas mansas.
sus manos
descansan.
Desprendiendo su fruto
en esta palpitante tierra
en un suave murmullo,
que al alma hace estremecer.