Aguas en
remanso,
recorriendo
cerros,
sin darse
descanso,
atrapando
secretos.
Bebiendo
sediento,
de ágiles
quebradas;
avanza el
corpulento
río al valle
en alborada.
Bañado en oro
Nutibara,
cargando en
su lomo,
el progreso
de su comarca,
abriendo sus
brazos a todos.
Robledo,
Rodas y Nicanor,
vieron su
sueño emprendedor,
dibujarse con
vehemente fervor,
en sus cristales, al caer el sol.
Sus velos se
vistieron de rojo
y cargaron el
luto, cuando
la violencia
desató su enojo;
al amanecer
se iba calmando.
Fuente de
aguas nutricias,
dueñas de
nuestras vidas,
Metro,
Parques del río, tranvía,
compartiendo
toda una vida.
Alguien
preguntó: - ¿dónde estaba
el codiciado
Tesoro del Dorado?
Al descubrir
el cristal de sus aguas,
con
sorpresa, los paisas maravillados,
contemplaron
que en su lecho dormitaba.