sábado, 17 de agosto de 2013

Moira Divina

Que no se te ocurra
nunca marcharte sin decir adiós,
porque eres mi fiel amiga y compañía
en el duro trasegar de mi paso por esta vida.
Que no se te ocurra escaparte,
allá donde mis ojos no te vean,
porque segarán los mares con su sal mis ojos,
y mis sueños inevitablemente de repente morirán.

¡Oh!, bella muerte, déjame,
acariciar delicadamente tu frente,
déjame, decirte quedamente al oído,
que en mis noches de  dolor,
con llanto en los ojos te llamo impaciente.

Moira divina, que todo lo dominas,
embriágame con tu esencia divina,
cúbreme de gasa, algodón  y flor,
antes que mi agonía se alargue,
cuando el horizonte brilla.

Nunca encantadora muerte, mi conquista eterna,
dejes de ser mi gran amiga en mis noches y días,
 en mis pasos por esta travesía,
mira que me has hecho adicta a tu fiel compañía.



Hoy, si hoy, quiero tocar tus manos,
hoy quiero que mis aguas serenamente
se vallan apagando en calma, he ganado
la carrera para mi merecido descanso.

Ven, aproxímate, sigilosa, misteriosa hada,
con aroma a bosque de Selva Negra,
¡Basta de tentar más mi deseo!,
acércate, que ya está mi vela encendida,
para alumbrar los recodos de tu profunda morada.