domingo, 8 de julio de 2012

Decálogo de un adolescente tristemente aburrido


Cuando te acercas y me miras y me tratas de hablar,

aunque no me critiques,

ya no te quiero ver ni escuchar más,

¡perdóname!

los dos sabemos que esto algún día pasará.



DECÁLOGO DE UN ADOLESCENTE TRISTEMENTE ABURRIDO



1. No te acerques cuando estoy  rabioso y triste,

no te quiero dar explicaciones, y menos que me critiques,

que me mandes a estudiar, a trabajar o a descansar.

2. Quiero estar solo, no te acerques, para que en mi alcoba

recostado en mi almohada, pueda desahogar

esto que siento tan dentro en soledad.

3. No te entrometas en mi vida, en mis cosas,

entiende que hoy para mí la vida,  ya no es hermosa.

4. Permíteme salir a caminar, no ates mis pies a esta casa,

a esta pieza, a esta sala, deja que por hoy,  eche mis alas a volar.

5. ¿Por qué esculcas mi maleta, mis cosas, mi ropa?,

¿acaso no entiendes que hoy camino con el corazón cargado de desilusión,

 y el alma rota de amor?

6. Por un momento déjame de mirar, con ganas de criticar o preguntar,

seguro que en nada malo ando, para que te dejes de preocupar.

7. Si hoy no me quise levantar, si no me quise bañar, desayunar y almorzar, si me encerré sin comer,  si no te quise ayudar, si no quiero hacer nada, si no me cepillé ni peiné,  si me pegué con goma del computador, no te desesperes, no empieces con la cantaleta o el sermón, para mañana mi apetito será mejor y podrás descansar.

8. Déjame vestir  y ser como se me antoje, déjame salir a pasea, a jugar, a compartir la amistad, tengo claro, ¡ya lo sabes!, quién me ha de perjudicar.

9. No te alejes ni te vayas, porque aunque me desespero si estar cerca,  me siento morir cuando te alejas.

10. Espero que me entiendas,  y perdones lo que siento cuando estoy aburrido y te acercas y me miras y me tratas de hablar, discúlpame los dos sabemos que algún día esto pasará.

¡Solo por hoy,  déjame respirar en santa paz!

Esto lo escribí para ti, para que entiendas que es sufrir, para que por favor me dejes a solas mis penas vivir, recuerda que este dolor, ¡por mucho que quieras!, este mi dolor,  ¡jamás lo podrás sentir,  y menos compartir!, y si me disculpas,  por favor te alejas por unos instantes, por muchos instantes de aquí,  quizás así pueda sacarme el taco que anuda mi garganta y ya no me deja vivir.