sábado, 4 de febrero de 2012

RABIA, ESA MALDITA RABIA

Quizás lo que aumenta nuestra rabia, es ser espías de tanta  injusticia  y dolor, con nuestra conducta pasiva, con nuestra resignación, con nuestra indiferencia o racionalización, con nuestro egoísmo, con nuestra mediocridad, con nuestro miedo, cobardía y falta de compromiso; que nos hace ver flores, donde se hunde el abismo.


RABIA, ESA MALDITA RABIA

Dolor, tanto dolor...
tan infinito dolor, que respira
por una hendija mal cerrada
de mis poros, de mis papilas,
por la médula de mis huesos.

Por cualquier pedazo de piel,
por las vísceras,
o por cualquiera otra esquina,
dejando su punzón,
dejando su espina.


Rabia, espantosa rabia,
por tanta decidía,
por tanta injusticia,
que me duele esta pata.

Por ser cómplice
de esto que pasa,
con mi conducta pasiva,
por importarme y ocuparme,
tan solo de mi vida.

Rabia de esa que atasca,
de esa que mata,
de esa que me hace espiar
esta existencia ingrata.

Rabia que ahoga,
rabia de esa que ya no se llora,
rabia, maldita rabia,
que quiero estrujarla,
hacerla trizas,
hasta matarla,
y lo único que consigo,
es más rabia, tedio,
de ese que desarma el alma,
de ese que lentamente mata.

Rabia maldita rabia,
que importa,
que me siga doliendo
esta maldita pata,
esta maldita alma,
por todo esto que pasa.

Impotencia,
acompañada de lágrimas,
por todo esto que pasa…
y yo aquí sentada
ahogada en mis lágrimas.

 De cerca,
 de lejos,
 de costado,
de uno y otro lado,
les veo, humillados.

Me veo,
y no entiendo
este infierno,
ni el ¿por qué?
de tanto  dolor,
de tanta injusticia.

Menos aún,
¿por qué ha construido
morada en su casa,
en mi casa,
en vuestra casa,
de esa que mata
de esa que calla?,
esa rabia…
¡la maldita rabia!














































































No hay comentarios: