jueves, 3 de marzo de 2022

Ucrania, Ucrania... un grito de libertad antes de partir al más allá

Una guerra desigual como la de Ucrania, nadie la puede amparar, es un genocidio que la humanidad  nunca podrá perdonar, y menos olvidar, menos en una pandemia que a nuestros seres queridos nos los ha arrebatado, dejándonos con impotencia, dolor y un vacío que nada ni nadie lo podrá llenar.

 

Ucrania, Ucrania, cuanto dolor

a todos nos causáis, víctima

de un tirano demente que te quiere destruir.

 

¿Por qué hemos permitido

que esta guerra desigual pase, en medio

de tanto  desarrollo y  tecnología?

 

Los niños ya no tendrán escuelas,

ellas han sido por misiles destruidas,

sus hogares son solo escombros,

los perritos y gaticos, las palomas

las aves, los animales todos han muerto,

el cielo retumba, huele a muerte  a terror y guerra,

escondidos como ratas de alcantarilla,

muchos agazapados  la muerte esperan,

 de frio sus pies tiemblan.

 

Los juguetes, los peluches de los niños

en la mañana helada han sido aplastados

por tanques de guerra que  todo lo quieren

arrasar en medio de las llamas.

 

Mamá y Papá por la Patria

han partido al más allá,

los abuelos refugiados

han tenido que emigrar.

 

Éramos algunos siglos

Atrás, grandes hermanos,

nos amábamos, pero ahora

por un verdugo ambicioso,

nos tenemos que matar.

 

En la blanca nieve,

la sangre se congela

antes que los buitres

nos vengan a devorar.

 

Los  cielos retumban

con las luces de la guerra

que a todos nos quieren matar.

 

¿Por qué en la pandemia

le permitimos a este tirano

que nos venga a amenazar

y a matar, cuando apenas

hemos salido a la calle

después de la extensa

cuarentena a disfrutar?

 

¡Y cómo así decían los muchachos

de los barrios de Medellín! antes

de que los mataran, acusados

de ser sicarios y pertenecer

al cartel de Medellín.

 

¡Y cómo así! dicen los niños,

los abuelos y mujeres ucranianos,

antes de que su boca la atraviese un misil

y su sangre la  recoja el río Dniéper

antes para llevarla al mar Negro,

y más arriba, recorriendo  el río Nevá

hasta llegar al Báltico en el golfo de Finlandia,

apareciese  Rasputín en las noches oscuras

cubiertas de hielo, implorando,

suplicando, que se acabe la guerra

antes que un misil nuclear

acabe por odios, miedos y codicias

este planeta que desde sus inicios

con todos y con todo ha vivido en

una frenética e inacabable guerra,

sin ser capaz de lograr la reparación,

el perdón, el olvido y la no repetición.

 


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