Una guerra desigual como la de Ucrania, nadie la puede
amparar, es un genocidio que la humanidad
nunca podrá perdonar, y menos olvidar, menos en una pandemia que a
nuestros seres queridos nos los ha arrebatado, dejándonos con impotencia, dolor
y un vacío que nada ni nadie lo podrá llenar.
Ucrania, Ucrania, cuanto dolor
a todos nos causáis, víctima
de un tirano demente que te quiere destruir.
¿Por qué hemos permitido
que esta guerra desigual pase, en medio
de tanto desarrollo y tecnología?
Los niños ya no tendrán escuelas,
ellas han sido por misiles destruidas,
sus hogares son solo escombros,
los perritos y gaticos, las palomas
las aves, los animales todos han muerto,
el cielo retumba, huele a muerte a terror y guerra,
escondidos como ratas de alcantarilla,
muchos agazapados la muerte esperan,
de frio sus pies
tiemblan.
Los juguetes, los peluches de los niños
en la mañana helada han sido aplastados
por tanques de guerra que todo lo quieren
arrasar en medio de las llamas.
Mamá y Papá por la Patria
han partido al más allá,
los abuelos refugiados
han tenido que emigrar.
Éramos algunos siglos
Atrás, grandes hermanos,
nos amábamos, pero ahora
por un verdugo ambicioso,
nos tenemos que matar.
En la blanca nieve,
la sangre se congela
antes que los buitres
nos vengan a devorar.
Los cielos retumban
con las luces de la guerra
que a todos nos quieren matar.
¿Por qué en la pandemia
le permitimos a este tirano
que nos venga a amenazar
y a matar, cuando apenas
hemos salido a la calle
después de la extensa
cuarentena a disfrutar?
¡Y cómo así decían los muchachos
de los barrios de Medellín! antes
de que los mataran, acusados
de ser sicarios y pertenecer
al cartel de Medellín.
¡Y cómo así! dicen los niños,
los abuelos y mujeres ucranianos,
antes de que su boca la atraviese un misil
y su sangre la recoja el río Dniéper
antes para llevarla al mar Negro,
y más arriba, recorriendo el río Nevá
hasta llegar
al Báltico en el golfo de Finlandia,
apareciese Rasputín en las noches oscuras
cubiertas de
hielo, implorando,
suplicando, que se acabe
la guerra
antes que un misil nuclear
acabe por odios, miedos y codicias
este planeta que desde sus inicios
con todos y con todo ha vivido en
una frenética e inacabable guerra,
sin ser capaz de lograr la reparación,
el perdón, el olvido y la no repetición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario