lunes, 3 de junio de 2013

Frágiles Alas

 
 
 
Alas frágiles

frágiles Alas.

Alas frágiles serpentean el cielo nublado

y yo aquí en este oscuro y nublado teclado,

se extiende sereno tu vuelo sobre los fértiles prados,

y yo continuo moviendo el cansado y negro teclado,

te posas sobre las ramas y bebes el dulce néctar

de la copa amarilla y de la copa roja,

del tierno y jugoso bayado,

sus semillas las has devorado,

te embriagas hasta el cansancio,

arrecias con vuelo firme

sobre los surcos tiernos

que se extienden a la orilla

de los remansos y tranquilos lagos,

donde danzan rompiendo cristales

que se quiebran con el amarillo rayo,

los blancos gansos,

los pardos y amarillos patos,

y mis manos continúan danzando

sin ganas sobre el oscuro y furibundo teclado.

Avanzas libre conquistando los espacios,

amando, soñando, trepando, haciendo pereza

sobre los copos de los árboles, sobre los viejos tejados,

y yo me pregunto ¿cuándo fue que nos aislaron?,

¿cuándo fue que nos encerraron en cuatro baldosas

para empezar a morir sobre el oscuro teclado,

dejando de vivir sobre los copos de de los árboles?,

¿de volar allá arriba de los viejos tejados?,

¿por qué nuestras alas

quedaron amarradas

de un oscuro teclado,

si aún no se nos ha apagado

la llama del deseo

de escaparnos

a algún lado,

y a escondidas,

o delante de todos,

por una eternidad,

que alguien camine

a nuestro lado,

tan solo para

ser protegidos,

para ser cuidados,

tan solo…

para ser amados?