domingo, 17 de febrero de 2013

“CICCIO” y otras historias sobre perros fíeles a sus amos, un momento para reflexionar sobre los vínculos que establecemos a lo largo de nuestra existencia


“CICCIO”, un momento para reflexionar sobre los vínculos que establecemos a lo largo de  nuestra existencia  


Ciccio  hoy se unió a su tierna protectora,   María Corredera, la mano que le cuidó y dio amor. Sin su presencia  sólo soportó  dos pesados meses, su corazón se rompió, su esperanza espiró, tantos días en el frío suelo, esperando del calor de sus manos, su sonrisa, su presencia,  todo murió para el Pastor alemán,  el día en que el ataúd en que viajaba su dueña,   desapareció de su vista.

 Murió como lo hacen aquellos seres cercanos,  que son incapaces de sobrevivir sin la presencia del que les enseñó a vivir,  colmando con su presencia  sus noches y días.

Que lesión  tan profunda nos deja  "Ciccio”, ¿sería que no aceptó ser Tommy  en manos de María Lochi ?,  ¿sería que quería vivir en el más allá con su cuidadora y protectora?, ¿acaso el amor profundo hacia el alma protectora cuando se vive la orfandad y el frío de la calle,  no es suplantable?.

Resulta innegable que los perros también se deprimen, que también elaboran duelo frente a la muerte del ser querido, no como se había pensado mayoritariamente por ethologos,  que era una conducta exclusiva de elefantes y gorilas.

No habrá mensaje de la red tan profundo, tan punzante, tan penetrante, que el que "Ciccio" le regaló a María Corredera con su muerte.

Una lesión más,  para evitar el maltrato animal en cualquiera de sus formas, una razón más para no regalar o traficar con la mascota al arbitrio y capricho, una razón para investigar esas emociones y habilidades que subyacen al mundo animal del que no nos hemos podido desprender,  a pesar de las riquezas, la ciencia y la tecnología, una razón más para cuidar nuestra mascota y mirar al que está abajo,  a nuestro lado, mirándonos, lamiéndonos, contemplándonos, sanándonos, protegiéndonos.

Esta noticia remite a la escena fría, lúgubre, de la muerte de una anciana, cuyo perro no salía debajo de su cama. Otro que en la enfermedad de su cuidadora nunca la abandonaba en su lecho de muerte,  y aquel que a su amo con dolor le contemplaba a través del cristal  de su féretro, sostenido en sus patas traseras.

No hay enfermedad más mortal que el abandono y la falta de amor, la pérdida del ser que amamos, esto rompe el corazón, las enfermedades y muertes están vinculadas con lo que nos ocurre en la cotidianidad, esta es la época del desprendimiento, del desamor de la guerra, del abandono,  del que no se escapa el animal,  enfermedad del siglo,  el paro cardíaco    Un paro cardíaco, también conocido como paro cardiorrespiratorio o paro circulatorio, es el cese brusco de la circulación normal de la sangre debido a un fallo de la contracción del corazón durante la sístole con eficacia.

Un paro cardíaco es diferente (pero puede ser causada por) un ataque al corazón (infarto de miocardio), donde se interrumpe el flujo sanguíneo al corazón palpitante (como en shock cardiogénico).

Evidencia creciente apoyan la hipótesis de que emociones negativas influencian el desarrollo de la enfermedad cardíaca coronaria. Siendo la evidencia más fuerte para la ansiedad como un potencial factor de riesgo (Kubzansky y Kawachi, 2000).
Strik, Denollet, Lousberg y Honig (2003), aplicaron pruebas de ansiedad, depresión y hostilidad a 318 sujetos (media de 58 años de edad) sobrevivientes de un primer ataque cardíaco. Después de un seguimiento de 3.4 años, había 25 eventos cardíacos fatales y no fatales. Los síntomas de ansiedad (HR 3.01, 95% CI 1.1 A 7.03; p=0.005) estaban asociados a eventos cardíacos y uso de antidepresivos. 

La ansiedad fue un predictor independiente de ambos eventos cardiacos fatales y no fatales. Los investigadores concluyeron que los síntomas de ansiedad necesitan ser considerados en el riesgo y el posterior tratamiento de pacientes posteriores a sufrir un infarto al miocardio.
Innegablemente Ciccio, necesitó  más de la nueva cuidadora, necesitó  tratamiento para el estrés, la ansiedad y la depresión, terapia recomendada cada vez que eventos traumáticos,  como el presente ocurren.  

Lo  anterior,     nos convoca a reflexionar  sobre el vínculo y cuidados  que por fortuna,  aún conservamos con el animal en este medio social conflictivo.



El caso recuerda a todas luces la famosa película protagonizada por Richard Gere, Hachiko, donde el vínculo entre una persona y su perro perdura más allá de la muerte.


Tal es lo ocurrido con Tommy, un pastor alemán mestizo que fue fiel compañero de María Lochi, una vecina del pequeño pueblo de San Donaci, Italia.

María falleció en noviembre pasado, a los 57 años de edad, tras dedicar toda su vida a auxiliar a los perros callejeros. Según informa el periódico italiano La Repubblica, Tommy asistió a los funerales de su ama, y desde entonces no dejó de presentarse a diario junto al sepulcro mientras su salud se lo permitió.

Pero la devoción del can no se limitaba a la visita al cementerio. Los vecinos del lugar cuentan que Tommy iba cada día a la iglesia donde la mujer solía oír misa. El sacerdote de la parroquia, que admitía que el animal entrara al templo con su dueña, le siguió franqueando la entrada después, permitiéndole instalarse en un rinconcito cercano al altar.

A mediados de enero, la salud de Tommy comenzó a deteriorarse, mientras el caso ganaba celebridad en los medios e incluso en tribunales. Aunque había sido cuidado por la generosa María Lochi, Tommy era un perro callejero, y luego de su llegada a la fama, fue objeto de una batalla legal entre quienes sostenían que debía permanecer en un refugio estatal y la familia de la fallecida benefactora. Sebastian Mapelli, hijo de María Lochi, ganó finalmente la querella y se quedó con Tommy, al que cuidó en sus últimos días de vida.

"Lamentablemente tengo que dar una noticia triste ... Tommy ya no está con nosotros. Murió mientras dormía, debido a un paro cardíaco. Descansa en paz querido amigo", escribió recientemente en Mapelli en Facebook.

Montevideo Portal

https://www.montevideo.com.uy/Tiempo-libre/Fallecio-Tommy-el-perro-que-esperaba-en-la-iglesia-uc192800#:~:text=Tommy%2C%20el%20perro%20que%20visitaba,falleci%C3%B3%20a%20los%2013%20a%C3%B1os.&text=Mar%C3%ADa%20falleci%C3%B3%20en%20noviembre%20pasado,auxiliar%20a%20los%20perros%20callejeros.


'Hachiko', el perro que enseñó al mundo el significado de la lealtad

https://www.excelsior.com.mx/global/2017/03/08/1127504

Después de esperar más de 10 años a su amo en una estación de tren en Japónel noble animal murió el 8 de marzo de 1935.

CIUDAD DE MÉXICO.

Este 8 de marzo el mundo recuerda la historia de Hachiko, un perro de raza akita que esperó a su amo por 10 años en la terminal del tren del distrito de Shibuya, en Japón.

El perro, que le mostró al mundo el valor de la amistad y la lealtad, nació el 10 de noviembre de 1923 en una granja cercana a la ciudad japonesa Odate. El animal pasó poco tiempo en ese lugar ya que los pobladores se lo obsequiaron a Eisaburo Ueno, un reconocido profesor de la Universidad de Tokio.

Desde el primer contacto, Hachiko se convirtió en el amigo inseparable de Ueno; tal era el apego del animal, que a diario acompañaba a su amo a la estación del tren. Cada tarde, cuando el profesor regresaba del trabajo, el perro lo esperaba siempre en el mismo lugar y a la misma hora.

Por dos años, el profesor y su perro realizaron la misma rutina hasta que la muerte los separó. Ueno falleció el 21 de mayo de 1925 debido a un paro cardiaco que sufrió mientras impartía sus clases.

Tras la muerte de su amo, Hachiko esperó al profesor cada tarde en la estación del tren. Los comerciantes de la zona y los empleados del ferrocarril que se dieron cuenta de la situación, trataron de hacerse cargo del animal; incluso, intentaron llevarlo a la casa de su amo, pero siempre regresaba al mismo lugar.

Después de 10 años de larga espera, el cansado animal no pudo más y murió la mañana del 8 de marzo de 1935.

Mino, la mascota que no abandona la tumba de un niño de dos años

https://www.elcomercio.com/tendencias/mascota-tumba-nino-ahogado-vietnam.html


La perra Mino lleva tres de sus cuatro años de vida pegada a la tumba de su dueño, un niño de dos años que murió ahogado en una acequia cercana a su casa, en el sur de Vietnam, y del que nunca se separaba durante el año en que convivieron.

 El pelaje negro azabache de Mino clarea en la parte trasera del lomo, donde adquiere tonos de un marrón descolorido, algo que la familia atribuye a las largas horas pasadas bajo el sol y la lluvia sobre la tumba del niño fallecido en la provincia de Long An, en el delta del río Mekong.​Nguyen Thi Ut, abuela del pequeño, cuenta cómo tres días después del entierro, celebrado en la parte trasera de la casa, el perro se instaló sobre el sepulcro y no hubo manera de que lo abandonara. 

"Traté de que dejara de ir porque no me parecía bien, pero siempre terminaba volviendo. Al final decidí dejarle", cuenta la mujer de 57 años. Relación especial​Mino llegó a la familia siendo una cachorra, cuando el pequeño Khet tenía apenas un año y desde el principio, relata Ut, se hicieron amigos, pasaban el día jugando juntos mientras los padres trabajaban y los abuelos se ocupaban de la casa. 

La relación especial entre el niño y su mascota se quebró por la trágica muerte de Khet a los dos años: mientras su madre estaba cocinando, el pequeño salió de la casa, cruzó el camino de tierra que separa la vivienda del canal aledaño y cayó al agua sin que nadie llegara a tiempo de salvarlo. Lo sepultaron detrás de casa, como es tradicional en el campo vietnamita, y a los tres días del entierro, 

Mino se instaló sobre la lápida, el lugar en el que más tiempo pasa desde que ocurrió la tragedia hace tres años. De carácter afable, la perra acude a saludar a los visitantes y se queda unos minutos recostada junto a la mesa a la entrada de la precaria vivienda, pero al cabo de un rato retoma su posición sobre la lápida, que ya no abandonará hasta horas después de que se ponga el sol. Bajo el sol y la lluvia​"Siempre entra en casa un par de horas al mediodía y después vuelve a salir, aunque haga mucho sol o llueva. A veces incluso pasa toda la noche", cuenta Ut, convencida de que el animal sabe lo que le ocurrió al niño y que su cuerpo está allí abajo. 

El animal, de natural silencioso, no ladra ni aúlla sobre el sepulcro, simplemente se recuesta y permanece allí la mayor parte del día. "A veces, coge algo de comida o alguna fruta y la deja junto a la tumba", apunta Nguyen Thanh Go, padre de la difunta criatura. Mientras Ut habla, la hermana del niño fallecido, de 6 años juega por la casa y Go, el padre, se ocupa del bebé de once meses, nacido dos años después de la tragedia.

 La perra se muestra cariñosa con ellos, pero Ut comenta que no ha alcanzado con ninguno de sus nietos una relación tan cercana como la que tuvo con Khet. Sabiendo de las largas horas que Mino pasaba bajo el sol y la lluvia, un amigo de la familia les regaló un cobertizo para que se resguardara, pero tuvieron que retirarlo a los pocos días por las quejas de un pariente que reclama la propiedad del terreno. Ante sus exigencias, la familia organizará en marzo una ceremonia para trasladar la tumba y acercarla unos metros a la casa. "Estoy segura de que aunque cambiemos la tumba de sitio, Mino seguirá pasando allí el día", relata Ut.
https://www.milenio.com/virales/video-perro-bruno-visita-duena-panteon-conmueve-redes

¡No la olvida! Perrito Benito visita a su dueña en el cementerio 


"Vean este amor tan incondicional. Joha es mi hermana, Falleció hace 4 años y él es Benito su mascota, que la acompañó sus últimos 2 años de vida y lo sigue haciendo hasta hoy", escribió la joven. https://www.milenio.com/virales/video-perro-bruno-visita-duena-panteon-conmueve-redes
En el video aparecen una serie de fotografías en las que aparece Benito junto a Joha. Después aparece cómo, emocionado, el perrito camina en el cementerio, pues sabe que estará cerca de donde descansan sus restos. https://www.milenio.com/virales/video-perro-bruno-visita-duena-panteon-conmueve-redes

https://www.infobae.com/america/mexico/2020/12/30/con-lagrimas-asi-reacciono-covito-el-perro-que-esperaba-a-su-dueno-fallecido-de-covid-19-en-hospital-de-tamaulipas-al-ser-llevado-a-eeuu/
“¡No llores!”: la desgarradora reacción de Covito, el perro que esperaba a su dueño fallecido de COVID-19 en un hospital de Tamaulipas, al ser llevado a EEUU

Fiel hasta después de la muerte, este 28 de diciembre Covito lloró. Nunca sabremos si por alegría de encontrar alguien que lo aloje del frío invernal o por dejar el hospital de Nuevo Laredo, Tamaulipas, donde esperaba a su dueño quien nunca iba a volver a ver, ya que murió de COVID-19 en noviembre, y sin importar frío o hambre el can día y noche lo esperó en la entrada.

Kendra Hernandez, quien es miembro de un refugio para mascotas en situación de calle al conocer la historia de Covito, se dio a la tarea de darle un techo ante el frío intenso de esta temporada invernal y buscar quien pueda darle una mejor oportunidad de vida.

Aunque esta decisión que tomó Kendra partió el corazón del personal de Salud del Hospital General “Solidaridad”, quien adoptó a Covito, lo alimentaban y procuraban que estuvieran bien, sabían que necesitaba un techo debido a su incierto futuro.

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Es por ello que se alegraron de que la organización de ayuda animal Paws On Board Rescue Support, que dirige Angie Ancira y Tony García, se diera a la tarea de ir por Covito para buscarle un hogar en Laredo, Texas, donde fue trasladado después de llevarlo al veterinario y aplicarle sus vacunas correspondientes.


La triste historia ha conmovido a los cibernautas quienes hicieron viral su historia compartiendo las imágenes del noble animal al exterior del recinto médico.


Con el paso de los días los trabajadores del Hospital General “Solidaridad” comenzaron a notar la presencia del noble can, haciéndoles recordar al famoso Hachiko, un perro Akita que esperó a su dueño en una estación del tren de Japón por años pese a que este ya había muerto.

Covito no pudo evitar las lágrimas cuando se iba de México para buscar un nuevo hogar en Texas, donde la asociación asegura encontrará a una familia que lo quiera tanto como él a su dueño fallecido Foto: Captura de pantalla
Covito no pudo evitar las lágrimas cuando se iba de México para buscar un nuevo hogar en Texas, donde la asociación asegura encontrará a una familia que lo quiera tanto como él a su dueño fallecido Foto: Captura de pantalla

Para identificarlo, los trabajadores comenzaron a llamarlo Covito. Además, también se ha ganado el cariño de quienes frecuentan el nosocomio tamaulipeco.


Covito es dócil con todas las personas que se le acercan, por ello se ha ganado el amor de los pacientes y médicos, quienes brindan un poco de comida y cariño cada que pueden hacerlo.


Señalan que siempre que ve a alguien saliendo del hospital corre emocionado a la puerta para ver si se trata de su dueño.

Los trabajadores del hospital siempre están al pendiente de él (Foto: Facebook/Sin Frontera)
Los trabajadores del hospital siempre están al pendiente de él (Foto: Facebook/Sin Frontera)

Según los trabajadores, esa reacción del perrito se debe a que espera salir a su humano del nosocomio, sin embargo, eso nunca ocurrirá ya que falleció a causa de la pandemia que trajo el virus SARS-CoV-2.


De tal modo, Covito se ha vuelto en un perro semi callejero; para no apartarse del lugar, duerme ahí mismo sobre un pedazo de cartón y una cobija que le donó el personal médico, elementos que lo protegen del frío.


Aunque la razón por la que Covito se encuentra ahí todos los días y noches al pendiente de los visitantes que salen del hospital es triste, el personal médico se siente alegre cuando recibe las muestras de cariño que este les da cuando los ve pasar.


El perro mestizo llevaba semanas corriendo entre las puertas del hospital para ver si salía su dueño (Foto: Facebook/Sin Frontera)
El perro mestizo llevaba semanas corriendo entre las puertas del hospital para ver si salía su dueño (Foto: Facebook/Sin Frontera)

“A nosotros este perrito nos da mucha felicidad, siempre que nos ve nos acompaña del área Covid al Hospital General y se regresa, siempre nos encamina, y dan las 5 de la mañana y está parado en la Puerta Covid o en la puerta de Urgencia del hospital General”, dijo Dulce, intendente de dicha área para el portal local El Mañana.


Además, señalan están atentos de él, ya que si observan que hay alguien nuevo entre los pasillos o le están tomando fotos, el guardia de Seguridad sale y pide que no llamen a la perrera.


Los trabajadores aseguran que cuando pasan horas de que Covito ve salir a la gente en las diferentes puertas y no encuentra a su dueño de sus ojos resbalan lágrimas.


Cabe recordar que en mayo una historia similar ocurrió en Wuhan, China. Se trató de un perrito que al igual que Covito esperó a su dueño en la entrada de un hospital de Hubei, sin saber que este había muerto por COVID-19 tres meses atrás.


La misma historia se replicó en Wuhan, China, con otro perrito que esperó a su dueño que murió por COVID-19 (Foto: Archivo)
La misma historia se replicó en Wuhan, China, con otro perrito que esperó a su dueño que murió por COVID-19 (Foto: Archivo).

El pequeño perro, de raza mestiza, había llegado al hospital con su dueño en febrero, cuando la pandemia tuvo su pico más alto en el gigante asiático.


El hombre había muerto por COVID-19 después de cinco días de haber ingresado al hospital. El perro de siete años, no obstante, se mantuvo firme en la entrada del nosocomio esperando reencontrarse con su dueño.


El portal local citado documentó que Covito es el segundo perro que adopta el personal de salud de esta ONG, antes que él estuvo “Covidia”, una perrita que perdió a su dueño por esta misma situación, pero que desafortunadamente perdió la vida al ser atropellada, por lo que los trabajadores consideran que tendrá una mejor oportunidad para ser feliz este perrito.