¿Donde están las niñas Macea, las que a mi
lado por los pasillos y jardines de la Francisco Luis, con la delicadeza de gacelas, a mi lado se pasean.
Las
que entran y las saludan los gatos, pero ellas no les conocen, simplemente
saben que están allí, porque les
han contado, pero los gatos en silencio,
en todo momento les han acompañado.
Las niñas Macea, las que en el homenaje del 20 de julio, bailaron una cumbia, las que catan,
estudian y juegan.
Las niñas Macea, las que por su
bondad, el corazón de todos se han
robado.
Ojos que las nubes de la vida han cubierto
para que no vean saltar el fruto de la
guerra.
LAS NIÑAS MACEA
Lina, luisa, Diana las tres tan parecidas,
con la piel de algodón y angelical mirada
de luna engalanada, son un himno a la vida,
sus cadenciosas vocecillas quedan grabadas.
Entrando a las quince primaveras, sin
miedo,
recorriendo cada espacio sin bastón su
colegio,
mentes creadoras descubriendo el misterio,
desbordando caudales de bondad en silencio.
¿Dónde están las niñas Macea, Luisa, Diana,
Lina,
las que
en el descanso, prendidas de mis
brazos,
en los pasillos y primaverales
jardines me inspiran
a inventar
poesías, sobre la huella que
dejamos?
Las niñas Macea de 7B, las del salón de
Fredy,
las tres hermanas, las hijas adoptivas de Yolanda
y del
maestro Ribilla, el que lee en inglés su relieve,
profes que les enseñaron a ver con los ojos
del alma.
Dónde están las niñas Macea, las que
dibujaron blancas
palomas de la paz, sin ningún arco iris cruzando sus alas,
porque una nube no les dejó ver lo que de
la violencia salta.