Uno, dos, tres, y lo que había se fue, uno, dos
tres, y la magia de la vida germinó por
enésima vez.
EN LOS BRAZOS DEL HIJO DE BELÉN
Un gran agujero
en el cielo
se abrió, y de él,
presuroso
emergió
el segundo semestre del 2012,
el mismo que se llevó
las
manos que al gran
Edificio Coltejer
con
magistral creatividad
diseñó y construyó.
El edificio emblemático,
como el teatro Junín,
símbolos sagrados,
de esta pujante Medellín,
esa que lamentó la perdida
de su constructor de hormigón,
de alcalde y gobernador.
La Medellín que en agosto,
le dio a su Chavela
un último adiós,
esperando que la kahlo,
Diego Rivera,
Débora Arango
y
Pedro Nel Gómez,
le hagan a Dios
en los cielos
su inmortal exposición.
Mientras la Chavela
con su poncho rojo
con Pedro Almodóvar
Agustín
Lara, García Lorca
José
Alfredo Jiménez y Neruda
rinden
a Latinoamérica
su bohemio adiós.
Adiós con sabor a ranchera,
a
tierra sin dueño.
Entretanto, Fajardo
con
Fujitec,
desde el altar
del infinito cielo,
nos construyen
las escalas para ascender
desde este valle del edén,
a los confines celestiales,
para dormir el eterno sueño
en los brazos del hijo de Belén.
Escaleras mejores
que las de la Comuna 13,
que cuesten más
13 mil 500 millones de pesos,
con más 384 metros de
longitud,
que arrastren más de 33 años de historia,
con casi 13 mil habitantes,
con más de 23
barrios,
con más de 300 viviendas,
que suman más de tres pueblos de Antioquia,
que han visto correr la sangre de más de
300 habitantes,
que han llegado a tener más de 33 combos,
para que al contar hasta tres,
no
siga viendo
esta vida al revés.
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