Unimos
las letras cuando nos amamos, las rasgamos cuando nos separamos, pero el eco del tiempo las atesora en el
recuerdo cuando nos marchamos.
Unión
de letras
hasta ganar las palabras,
palabras,
para cantarle a la vida,
para rezar,
para curar y enseñar,
para arañar y arrancar,
para arrullar.
Puñados de palabras
para esta existencia
maldecir o alabar.
Palabras, esas palabras
que saltan del paladar y la garganta,
para unir los huesos a esta tierra.
Palabras para expresar contento,
para sacar eso que llevamos por dentro.
Todas esas palabras que como agua
en arroyo, si se les detiene,
avanzan impetuosas,
desnudando con frenesí la montaña,
dejando con hambre y tiritando los valles,
en la invernal temporada.
Hermosas tus palabras, en el cesto de tu poesía,
anunciando la luz del nuevo día,
en tu primaveral Toledo,
de esa España
de don Quijote de la Mancha,
la misma que en estas tierras
de América,
con sus palabras, dejó,
su indeleble marca.
