ÚLTIMO ADIÓS
No era
navidad,
no era
cualquier día,
de esos que
vienen y van.
Tan solo un
día de mercado de San Alejo,
de esos en
que se venden jardines caseros,
piezas de
ensueño,
y uno que
otro de esos objetos,
que viajando con el tiempo,
dan su destello,
porque se han
hecho añejos.
No era tiempo
de paz,
pero si de
esos tiempos que el viento,
las hojas,
las flores y semillas,
transportan de aquí para allá.
Y de un
santiamén, con bota militar,
la Metropolitana,
abrió su
portón principal,
para que
en el
hombro militar,
la Virgen a
su Cristo,
florecida de
rocío,
en su tierno
rostro,
así temblando,
al amplio
templo,
entrara a dar
el último adiós,
al ángel
de sus sueños.
No hay comentarios:
Los comentarios nuevos no están permitidos.