sábado, 2 de marzo de 2024

Salvar a Palestina y Ucrania del genocidio, compromiso de todos los habitantes del planeta

 


Y no quedará un solo pueblo, ni uno solo de sus pobladores o habitantes de los que está patrocinando la guerra genocida contra  Palestina,  como lo vienen haciendo Inglaterra, EE. UU,  la Unión Europea (UE) y al Reino Unido, como lo señalara el Presidente Petro en la pasada cumbre de CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), que no reciban el castigo divino;  ahogándose en el calor o el frio, ahogándose con su culpa y dolor por su silencio y pasividad, por  favorecer con su decidía e indiferencia, la muerte de niños, mujeres, hombres y ancianos  inocentes palestinos.

 Un capitulo en la historia les marcará como genocidas activos o pasivos de un pueblo inocente que históricamente ha sido atacado por Israel y las potencias patrocinantes.Igual suerte correrán los que apoyan la guerra contra Ucrania.

Las armas son los elementos más letales y vendidos, son altamente  destructivos, sofisticados  y contaminantes del hábitat;  acaban con humanos, animales, plantas, dejan residuos tóxicos en el espacio que respiramos, en el agua que bebemos, viajan por nuestra sangre y fluidos corporales, generando mutaciones y daños orgánicos  irreversibles, que hereditariamente marcan generaciones a largo, corto y mediano plazo.

 Esto lo silencian las depredadoras potencias mundiales para poder matar o llevar a otros a matar (cuando quieren ahorrarse plata y sus propias víctimas), para mantener sus monopolios comerciales invasivos que les permite y garantizar,  perpetuarse, conservarándose intocables en su sitio de honor, como potencias depredaras intocables, controladoras y dueñas del mundo y las especies que lo habitan, decidiendo sobre su vida y suerte, obligándonos a un modelo de vida impositivo que determina, qué comemos, qué bebemos, qué vemos, cómo lo vemos, qué hacemos, cómo lo hacemos, qué vivimos a diario, cómo lo sentimos, cómo morimos y vivimos los duelos, hasta predicen las pestes que nos matarán antes de llegar.

 Lo paradógico, es que después de este juego deshonesto de vida y eliminación letal,  como si fueros inscetos, nos hacen sentir libres y felices; el juego es más letal, como conocen nuestra esencia humana y sus carencias, aprovechan nuestra insaciablidad, nuestra vulnerabilidad para llenarnos de cosas absurdas nuestra mente y cuerpo, para impedirnos pensar y ser.

 Ahora mismo, nos tienen arrodillados con la mirada puesta en tierra, todos uniformados, como un ejército, si porder mirar al cielo o a nuestro interior, con la mirada puesta y suplicante detrás de la pantalla de un móvil o celular, todo ello y más,  como lo enseña el derecho y los estudios políticos internacionales.

Acaso estas potencias mundiales, entre las que se destacan Estados Unidos de América, Rusia y China,  a las que muchos rinden culto, se les arrodillan y admiran,  aunque asesinen vilmente a sus opositores, acaso no son estas potencias mundiales,  las que nos envenenan la tierra, envenenan nuestros alimentos, envenena nuestra vida, acortándola,  y luego nos culpan con el denominado “cambio climático”, “calentamiento global”  que arrasa con la desaparición de especies enteras.

¿Quién hará justicia contra estas potencias, que históricamente, desde tiempos ancestrales,  han acabado con su ambición de plata, poder, potencia económica y política, con su añorada e insaciable  hegemonía,  con el hombre, el planeta, la vida y sus especies?