Qué fácil es aconsejar a otros en lo que no se
sabe o quiere hacer, que fácil es hablar, que difícil es hacer o actuar. Lo que
verdaderamente arrastra a las masas es la palabra, no el hacer; el hacer es de unos pocos que rompen el miedo
a actuar, en una cultura educada en el
miedo, con el miedo y para el miedo, la
prohibición, la culpa y el pecado, desde
su origen primordial.
Pensar es un paso, romper el miedo es el primer
salto, alcanzar el fruto del éxito en esta tierra, es el resultado de caminar sin las muletas de
quien te mira, critica y censura, siendo tu mismo, quien más te criticas,
flagelas y censuras, en cada intento de
independencia, frente a obsoletas e
inocuas ataduras.