“La razón del
éxito está en hacer tu mismo lo que debes hacer”. Por favor nunca lo olvides y
tenlo siempre presente.
Se fuerte y sin
rendirte, asume valientemente tus
obligaciones y responsabilidades, no te quedes siendo infante, esperando que
tus padres o terceros, realicen lo que
por deber, te corresponde, produce cada
día algo nuevo.
Que cada día florezca
algo renovado en ti, lo que hoy haces, nunca lo harías dentro de 10 ó 20 años. La vida de un artista se conoce por
la cronología de su obra.
Las plantas
dejan de ser atractivas, y empiezan a morir,
por ello se les arranca, cuando pierden su
capacidad de renovarse, de echar un
nuevo retoño, una nueva hoja, una flor nueva, acompañada de sus tiernos hijos y
jugosos frutos.
Que bella es la
vida rodeada de gente alegre, sonriente, fuerte, a pesar de la tormenta, positiva, que se
alegra por el bienestar ajeno, que habla bien de sí misma y de los demás,
dispuesta a ayudar y compadecerse de cualquier criatura que sufra en esta
tierra; la misma que ha superado el
planeta de los Elfos, pero conserva el instinto noble de disfrutar de las
grandezas que nos prodiga la naturaleza, su alimento, el aire, sus paisajes, el
agua, y la colosal variedad de millones de
criaturas y paisajes.
Aún se puede
respirar, aún se puede tomar aire fresco, aún se puede beber agua de
cristalinos manantiales, aún hay paradisiacas selvas tropicales, aún hay fuego
y un sol resplandeciente, aún hay una promesa para existir. Todo es energía que
se transforma, somos caudales infinitos de energía, somos destellantes minas,
gigantes estrellas de este cosmos y
galaxia.
El planeta empieza
a morir, y con él, sus criaturas, entre
ellas, el hombre, con su máxima expresión, la cultura; cuando
su espíritu negativo, enturbia el agua,
el aire, sus tierras, con su negativismo,
antes de que estos ocurra, porque no hay peor contaminación que más dañe, que
los pensamientos negativos, que todo lo
ven por el lente de un oscuro túnel, este tipo patológico de concebir la vida, genera una peste que se
extiende vertiginosamente sin que nadie la pueda controlar, de una pasmosa pasividad; dejando caer la cruz, para que sean ortos, quienes la carguen; convirtiéndose en pesada carga para el estado,
la familia y el planeta.
Asúmete
valerosamente, carga tu equipaje de la vida, no permita que otros lo carguen, porque empezaras a perder el gusto por la vida
y lentamente te volverás, un objeto más
que lo habita; cédete tu lugar de honor,
con tus éxitos y derrotas, con tu trabajo, aprende a valorarlo, a amarlo, dándole el sentido que se merece, por pequeño
e insignificante que te parezca, se tu quien te premias y no quien te castigas,
no busques fuera el caudal que se desborda dentro de ti, “no huyas, construye”,
edifica y moldea tu propio trabajo, tu propia vida, brilla con luz propia. Convierte
tus defectos en virtudes, sácales ventajas, juega con ellos, verás cómo se
barajan.
Cuando otros
asumen tus cargas, ellos, empiezan a
superarse o enfermarse. El mejor camino para el triunfo, es trabajar obsesiva, e incansablemente por lo
que se desea, hasta obtenerlo, puede que
demores en dicha empresa, pero más temprano, que tarde, llegará la recompensa; invierte en cuidarte
con esmero, física y espiritualmente; regálate lo que más te gusta, prémiate siempre
sin miedo a ello.
Cuidar y ayudar
a todos los seres que nos rodean, especialmente a los más débiles y frágiles, entendiendo las paradojas y contradicciones que trae la
vida, fortalece y rejuvenece el espíritu, nos da salud y bienestar.
Todo cambia decía Heráclito, todo se renueva; lleva una memoria de estos cambios y ábrete a
ellos, sin temor, porque lo único que no cambia es el amor; siempre llévalo en tu corazón con tesón, atesóralo
con pasión, porque es el rayo de sol que a todo y todos les da un dulce sabor.