domingo, 29 de diciembre de 2013

Camina firme el sendero de la vida, sin prisa, sin temores

“La razón del éxito está en hacer tu mismo lo que debes hacer”. Por favor nunca lo olvides y tenlo siempre presente.

Se fuerte y sin rendirte,  asume valientemente tus obligaciones y responsabilidades, no te quedes siendo infante, esperando que tus padres o terceros,  realicen lo que por deber,  te corresponde, produce cada día algo nuevo.

Que cada día florezca algo renovado en ti, lo que hoy haces, nunca lo harías dentro de 10 ó  20 años. La vida de un artista se conoce por la cronología de su obra.
Las plantas dejan de ser atractivas,  y empiezan a morir, por ello se les arranca,  cuando pierden su capacidad de renovarse,  de echar un nuevo retoño, una nueva hoja, una flor nueva, acompañada de sus tiernos hijos y jugosos frutos.

Que bella es la vida rodeada de gente alegre, sonriente, fuerte,  a pesar de la tormenta, positiva, que se alegra por el bienestar ajeno, que habla bien de sí misma y de los demás, dispuesta a ayudar y compadecerse de cualquier criatura que sufra en esta tierra;  la misma que ha superado el planeta de los Elfos, pero conserva el instinto noble de disfrutar de las grandezas que nos prodiga la naturaleza, su alimento, el aire, sus paisajes, el agua,  y la colosal variedad de millones de criaturas y paisajes.
Aún se puede respirar, aún se puede tomar aire fresco, aún se puede beber agua de cristalinos manantiales, aún hay paradisiacas selvas tropicales, aún hay fuego y un sol resplandeciente, aún hay una promesa para existir. Todo es energía que se transforma, somos caudales infinitos de energía, somos destellantes minas, gigantes estrellas  de este cosmos y galaxia.

El planeta empieza a morir,  y con él, sus criaturas, entre ellas,  el hombre, con  su máxima expresión, la cultura;   cuando su espíritu negativo,  enturbia el agua, el aire, sus tierras,  con su negativismo, antes de que estos ocurra, porque no hay peor contaminación que más dañe, que los pensamientos negativos,  que todo lo ven por el lente de un oscuro túnel, este tipo patológico  de concebir la vida, genera una peste que se extiende vertiginosamente sin que nadie la pueda controlar,  de una  pasmosa pasividad;  dejando caer la cruz,  para que sean ortos,  quienes la carguen;  convirtiéndose en pesada carga para el estado, la familia y el planeta.

Asúmete valerosamente, carga tu equipaje de la vida, no permita que otros lo carguen,  porque empezaras a perder el gusto por la vida y lentamente te volverás,  un objeto más que lo habita;  cédete tu lugar de honor, con tus éxitos y derrotas, con tu trabajo, aprende a valorarlo, a amarlo,  dándole el sentido que se merece, por pequeño e insignificante que te parezca, se tu quien te premias y no quien te castigas, no busques fuera el caudal que se desborda dentro de ti, “no huyas, construye”, edifica y moldea tu propio trabajo, tu propia vida, brilla con luz propia. Convierte tus defectos en virtudes, sácales ventajas, juega con ellos, verás cómo se barajan.

Cuando otros asumen tus cargas, ellos,  empiezan a superarse o enfermarse. El mejor camino para el triunfo,  es trabajar obsesiva, e incansablemente por lo que se desea,  hasta obtenerlo, puede que demores en dicha empresa, pero más temprano,  que tarde,  llegará la recompensa; invierte en cuidarte con esmero,  física y espiritualmente;  regálate lo que más te gusta, prémiate siempre sin miedo a ello.

Cuidar y ayudar a todos los seres que nos rodean,  especialmente a los más débiles y frágiles,  entendiendo  las paradojas y contradicciones que trae la vida, fortalece y rejuvenece el espíritu, nos da salud y bienestar.

 Todo cambia decía Heráclito, todo se renueva;  lleva una memoria de estos cambios y ábrete a ellos,  sin temor,  porque lo único que no cambia es el amor;  siempre llévalo en tu corazón con tesón, atesóralo con pasión, porque es el rayo de sol que a todo y todos les da un dulce sabor.






















jueves, 26 de diciembre de 2013

Sin prisa, sin miedo





Soltarse completamente
en el tiempo,
en la fresca tierra,
dejando que todo pase,
sin prisa,
sin miedo;
dibujando en la arena,
castillos y estrellas.
Volver a ser niños,
sin orgullo y prejuicios;
perderse en el verde,
en el azul;
girar  incansables,
como lo hacen los planetas
y los molinos de viento.
Croar como ranas
en la espesura
de la pródiga  hojarasca,
iluminar la noche
como luciérnagas,
zumbar como el viento,
amar como palomas,
en las torres de las iglesias
trepar en la selva,
alcanzando el sol, 
la luna,  las estrellas
y un nuevo planeta.
Dejarnos arrullar,
mecidos por el viento
en las vigorosas ramas,
en el copo de las guaduas.
Volver a nacer sin prisa,
sin miedo al reloj de arena,
porque vienen  tiempos
primaverales, de bonanza,
cubriendo nuestro suelo,
con tormentas con el polvo
 y la nieve del progreso,
huracanes de pasión,
inundando totalmente,  
 nuestros hogares,
con delicioso sabores
y un millón de bendiciones.
Prepárate...
 abre tu corazón,
porque se acercan
grandes oleajes,
erupcionarán  volcanes,
que todos nos cubrirá,
con la lluvia de la felicidad.