sábado, 21 de septiembre de 2013

Educar y/o escolarizar



“Prepararte para la baldosa, el cuadro, la regla,  la inercia en dura silla, el pizarrón, la censura, para navegar en  balsa en las turbulentas aguas de números y letras. Trae lápices, muchos lapiceros de un solo color, sacapuntas,  borrador y muchas hojas de papel, deja bien guardados en el baúl de los recuerdos,  el arco iris de tus sueños,   el artista de los castillos de arena, hoy has llegado a la escuela.”




















El encierro escolar sólo permite que vuele un avioncito de papel y aterrice tan cerca como la desesperanza misma de su piloto.

“Quiero compartir una frase cautivadora a fin de que puedas establecer una confrontación personal, sobre como estas construyendo tu mente y proyecto de investigación. Espero en breve tus reflexiones de tan solo una cuartilla, como parte de nuestro primer encuentro de este semestre. dr alleine "Educar es crear relaciones posibles, mientras que escolarizar consiste en repetir relaciones preestablecidas. Las relaciones son posibles porque emergen del caos que tiende a ordenarse; por el contrario, están preestablecidas cuando siguen el ordenamiento curricular preinstituido. Educar es sorprender con el misterio, mientras que escolarizar es aprender a resolver problemas. El misterio fluye generando incertidumbre e improvisación. El problema se describe, se analiza y se soluciona si algún imprevisto no interviene"(Calvo, 2005).”

La lucha que debo establecer como docente,  es no caer en un curriculum repetitivo que ocasiona la monotonía en el estudiante  y consecuentemente el desgaste tanto para éste como para el docente, jugárselas entre esas dos variables, por un lado lo que exigen los programas,  doxa repetitiva y formalista,  y lo que exigen las nuevas generaciones, programas ágiles, versátiles,  con sentido, dinamizadores,  que les sirva para su vida, pretendiendo dar respuesta a esta paradoja,  el reto del cual debo partir,  para ser consecuente en tal accionar, es partir de un proceso educativo fundamentado en los principios de libertad de enseñanza,  cátedra  y aprendizaje, en la autonomía educativa,  postulados por la ley general de educación.
El acto educativo es un acto que  da sentido a las relaciones que se establecen entre el educador, el estudiante  y el conocimiento, si ello no ocurre, la capacidad discursiva, creativa, crítica  y transformadora para los actores intervinientes pierde su norte y sentido.
La realidad es dialéctica, caótica, contradictoria, desorganizada, esa es la que hay que entrar a abordar;  pretender organizarla y meterla en moldes,  es un atropello contra el mismo educando;  el bullying hace parte de la forma como se resuelve la paradoja anteriormente relacionada, y a su vez, es el terreno abonado parta analizar, estudiar y pretender comprender el contexto psicosocial donde se establecen esas relaciones de poder,  entre el saber del docente y el saber del estudiante, entre lo que vive el educando y su docente y lo que se oculta tras el orden y deber ser educativo.
Develar como el bullying es una expresión más del acto de escolarizar, domesticar y la resistencia que muestra el dicente frente a tal imposición, el mismo bullying y el malestar que genera, se constituye en acto educativo, innovador y transformador de contexto, dejar emerger sus voces,  cuando se han silenciados por vía activa y/o pasiva, serían actos dinamizadores que permitirían oxigenar los acartonados ambientes educativos;  dejar aflorar sentimientos, dejar que la hoja de papel vuele en la imaginación,  hasta que pierda sus letras, sus gráficas,  y desnude el alma humana en todas sus dimensiones,  es nuestro gran reto como docentes investigadores que pretendemos intervenir ambientes educativos patológicos que llaman orden y educación,  las más cuestionables prácticas despersonalizadoras y alienantes.