domingo, 12 de agosto de 2012

Un lazo de manos desnudas

Abrazo del ocho, del descanso, que intercambie el amor, que salve de la codicia la tierra, el agua, el sol y el aire, en la aldea global.
Abrazo a pedal, de pedernal, a pie desnudo, tan individual, tan de carne y hueso, que nos salve del hambre, la miseria, las guerras, que nos saque de las rejas, antes que la desesperanza nos mate.

ABRAZO DE MANOS DESNUDAS
Abrazo de árbol,
que extienda sus ramas,
que se sienta en el alma.
Abrazo de piedra
que proteja,
que haga florecer la hiedra.
Abrazo de cisne,
que abra sus alas,
que oriente a quien a sus rebaños dirige.
Abrazo, fuerte, protector,
al que abandonó el rebaño,
para que no caiga en las fauces del avaro.
Abrazo del suelo,
cuando en el horizonte
se besa con el cielo.
Abrazo del tiempo
reclamando su fruto,
cuando ha llegado el momento.
Abrazo del pobre con el rico,
cuando la crisis,
les abrió su sitio.
Abrazo de golondrina
de invierno y verano,
en tiempos de máquinas y utopías.
Abrazos de la luna y el sol,
en el equinoccio sideral animal y vegetal,
en cuarto creciente de frontera ardiente.
Abrazo que sostenga afectos
en la crisis de la economía,
que salve la esperanza del nuevo día.
Abrazo de manos desnudas,
llenando de calor el hermano,
que petrificado ha dejado la tecnología.
Siete mil millones de abrazos,
salvando el presente, un lazo de manos,
que unirá, los de arriba y los de abajo.